𝟐𝟗

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Advertencia, capítulo con contenido +18 si no es de tu agrado, puedes esperar hasta el siguiente capítulo.

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Después de un rato ya habíamos llegado a mi casa.

—Ku, entra. — le dije, mientras le daba el paso en la puerta.

—¿Ahora me vas a decir Ku? —lo vi de reojo, mientras cerraba la puerta principal.

—Supongo que si, por lo que vi, antes te decía así. —sonreí un poco.

—Creo que no tengo ningún problema con eso Ane. —lo miré sorprendida. —Ya que tú me dices Ku, yo te diré Ane. —asentí en su decir.

—Ve a mi cuarto en un rato subo. —le señalé las escaleras. El solamente asintió.

Mientras veía como subía las escaleras, me preparaba mentalmente por lo que iba a hacer, claro que lo haría si tenía el consentimiento de el.

Subí temblorosa, pero nunca me detuve, puesto que era un deseo que tenía, y quería hacer únicamente con el. Abrí la puerta de mi cuarto encontrándome con un Kusuo recostado boca arriba en mi cama.

—Ya sé lo que quieres hacer Ane, cuando me acosté en tu cama, me quite mi anillo y vi tus pensamientos. —se repuso, quedando así sentado en la cama. —Está bien. Yo también quiero hacerlo. —vi como se ponía de pie caminando hacía mí.

Por inercia retrocedí hasta que sentí mi espalda pegar con la fría pared, el seguía con su semblante serio, hasta que sentí como me acorralaba, y pegaba su cuerpo en mi, poco a poco empezaba a recorrer con sus manos mis muslos, cuando llego a mi punto sensible por encima de mis bragas gemi, lo había abrazado, el nunca se detuvo y masaje en mi clitoris.

—¿Quieres que me detenga Ane? —el seguía con sus movimientos, yo solo negué.

Sentía algo extraño una sensación de placer, hasta que supe que ya me había venido. El me cargo hasta mi cama y me tiro, no me dolió el golpe, solo gemi un poco. El se había acercado quedando así arriba de mí. No dude en darle un beso apasionado, sentía su ereccion pegar con mi vientre, a lo que solamente hice fricción con mi mano, el gimió por lo bajo, así que lo hice por unos cuantos minutos más, mientras seguíamos besándonos más.

Quite mi mano de su erección, me quité la camisa que tenía, y después fui al broche de mi sostén, dejando así mis pechos, Kusuo solamente se me quedó mirando, creo que no se imaginaba que podría llegar a este punto, tome una de sus manos y la dirigí a mi pecho.

—Kusuo puedo tocar cuanto quieras, tienes mi permiso. — el había empezado a pellizcar un pezón mio, a lo que gemí muy fuerte.

—Si eso es lo que quieres Ane, no me lo tienes que decir dos veces. —había tomado mi otro pecho con su otra mano, dando así masajes, había llevado su boca a mi pezón, lo lamía y daba círculos con su lengua, logrando así que mi pezón se pusiera duro, solté un gemido, lleve una de mis manos hacía su cabello dando pequeñas caricias en aquellos hilos rosas, había tirado mi cabeza para atrás del placer.

El seguía dándome placer en mis dos pezones, sin dejar desatendido al otro,jale un poco de su cabello para despegarlo de tus pechos.

—Suficiente, ahora me toca a mí. —agarre de sus hombros y lo tire, ahora yo quedando arriba de el. El había caído de espaldas, pero se repuso y se apoyo con sus codos, me arrodillé entre sus piernas y empeze a desabrochar su pantalón, baje hasta dejar a la vista un poco de su ropa interior, la cual era negra, había bajado sus ropa interior dejando así a la vista su miembro erecto, el cual al salir dio un pequeño brinco, con una de mis manos agarre su miembro y lo empeze a masturbar. Los gemidos de Saiki me alegraron, ya que era indicativo de que lo estaba haciendo bien, los dos nos estábamos dejando llevar por el calor de la habitación.

Bajé mi mano hasta su cabeza rosada, viendo como unas gotas de pre-semen se hacían presente, relami mis labios y lleve mis labios hasta su punta en la cual dejé un pequeño pero prolongado beso, había empezado a lamer todo su tronco, Kusuo parecía que en verdad lo disfrutaba, jamás había imaginado que una persona que pareciera a simple vista que nada le causa ningún efecto de emoción o algo parecido como esto, este aquí abajo de mi gimiendo con un simple toque mio. Seguía con mi trabajo de lamer su miembro, después de un rato, abrí mi boca lo suficiente, como para meter todo su miembro suave y caliente, baja y subia por todo su falo, mientras hacía los movimientos atendía con una de mis manos mi intimidad, preparándome para lo siguiente, dado que sabía que debía estar bien lubricada, por el hecho de que era también mi primera vez.

Continúe chupando el miembro de Kusuo. Hasta que sus palabra me hicieron detener.

—Ane, me vendré. — dijo en un intento de hablar, ya que salió mas parecido a un gemido, antes de que lo hiciera saque su miembro de mi boca, y no pude detener que se viniera encima de mis pechos, el líquido se sentía caliente.

—Kusuo, antes de dar el último paso, quiero preguntar si todavía estas de acuerdo con esto. —le dije mientras me acostaba al otro lado de la cama.

—Claro Ane, quiero que seamos uno. —me lo dijo mientras se subía arriba de mí y me quitaba mis bragas y falda.

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Había posicionado mi pene en su entrada que ya estaba preparada, metí de poco mi pene en su vagina, dando paso a su cálido interior, cuando sus labios se estiraron ella se había sostenido de mis hombros.

—¿Te duele Ane? —ella sólo negó.

Había hecho un esfuerzo por no venirme en cuanto sentí como sus paredes vaginales me apretaban, estar dentro de Akane era como estar en el mismo cielo.

—¿Puedo moverme? —ella con su cabeza asintió, luego de un tiempo empeze a subir y bajar, ella gimió en cuanto sintió mi miembro pegar en su punto G.

Agarre las manos de Akane con una mano , poniéndolas así arriba de su cabeza y con mi otra mano libre, masajeaba su clitoris sin detener mis embestidas. Su boca y la mía no paraban de gemir, no nos importaba que nos escucharan, pero con mis poderes los silenciaba para las otras personas, el sonido de pieles chocar era un sonido lascivo pero exitante. Solo quería seguir en su interior, sentía como ella daba círculos al rededor de mi miembro con sus paredes, ambos estábamos al límite.

—Kusuo, me vendré. —dijo entre gemidos.

—Yo también estoy cerca. — cuando dije eso, ella se había venido en mí.

No había dado más de cinco embestidas más, cuando deje salir mi semen, salí de ella viendo su piel llena de sudor y su vagina chorreando con mi esperma.

—¿Podrás hacer algo con tus poderes, para que no salga embarazada?— me había acostado a lado de ella.

—Si. —dije mientras, ella nos  tapaba con las sábanas.

—También tendré que tomar la pastilla del día después, que flojera. —la había pegado a mi pecho.

—Te amo Akane Takata. — había depositado un beso en su frente.

—Te amo desde simpre Kusuo Saiki. —ambos nos quedamos dormidos, pero antes había puesto seguro a la puerta.

ᴅᴜʟᴄᴇꜱ ᴅᴇ ᴄᴀꜰÉ (ꜱᴀɪᴋɪ ᴋᴜꜱᴜᴏ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora