𝟐𝟖

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Había llegado a la cafetería,en dónde estaba esperando a Kusuo Saiki. Había pedido una malteada. Estaba mirando a la ventana, hasta que lo vi entrar por la puerta. Avanzó hacia mí y se sentó en la silla que había frente a mi.

—Hola Saiki. —le dije mirándolo de frente.

—Vayamos al grano. Pará que sepas estoy usando un anillo, el cual bloquea mi poder para escuchar tus pensamientos. — el me miró, lo cual no me importó un poco.

—Digamos, que aún no entiendo, ¿desconfiabas de mi? ¿Escuchabas todos mis pensamientos? — le mire con cierto enojo.

—No desconfiaba de ti, más tenía miedo de que me obligarán a separarme de ti. — me sorprendí un poco con sus palabras.

—¿Que te obligarán a separarte de mi? —el parecía pensar lo siguiente que me iba a decir.

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—Como una chica deductiva, deseguro te has preguntado, por qué Akechi, a estado preguntando de tu poderes. —vi cómo ella a sentía con su cabeza. —Pues... Antes si tenías poderes. —iba a hablar pero la interrumpí. —Déjame terminar. Un día cuando iba de regreso a casa, oí a lo lejos unos gritos de dolor de tu parte y también de Akechi, no dude en ir de regreso a la escuela, cuando llegue al salón, ustedes estaban inconscientes, me descontrole, tanto que te quité tus poderes y explote el salón. —ella en verdad estaba sorprendida.

—¿Por qué no recuerdo nada? —me vio con cara de confusión.

—Por qué, esa misma tarde, tus padres supieron que te paso una tragedia, y me hicieron culpable de algo, que yo no hice, y me obligaron a borrar tus recuerdos desde que nos conocimos, también nos obligaron a mudarnos de donde vivíamos. —agache un poco mi cabeza, puesto que esta vez, iba a suceder lo mismo.

—Es por eso que no te recuerdo desde la preparatoria. Se me hacía muy raro que akechi dijiera que iba a la primaria con Kusuo Saiki, además hiciste lo mismo en ese año nuevo ¿o me equivoco? —ella inclinó un poco su cabeza.

—Estas en lo correcto Akane, más que nada lo hice por temor a que terminara lo nuestro. —le iba a tomar la mano, pero ella la alejó.

—Creo que no es momento. —me sonrió, pero más que eso fue una mueca. —Saiki no me vas a perder, mas sin embargo estoy confundida, ¿ya estabas enamorado de mi, desde niños? ¿Por qué me tratabas mal al principio? —me quedé pensativo.

—Ya me había enamorado de ti desde pequeño. —ella se sorprendió. —Te traba mal, por que era la unico forma de alejarte de mi, pero eso no funcionó, por que en el fondo te seguía amando, más bien, te sigo amando. —ella se sonrojó.

—¿Como fue que surgió el amor entre nosotros? — agarré su frente y con mis poderes le hice ver un poco de mis recuerdos.

<<<—𝘒𝘶, 𝘮𝘪𝘳𝘢 𝘵𝘦 𝘵𝘳𝘢𝘫𝘦 𝘶𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘶𝘭𝘤𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘤𝘢𝘧é, 𝘯𝘰 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳é 𝘨𝘦𝘭𝘢𝘵𝘪𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘤𝘢𝘧é, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘨𝘶𝘳𝘰 𝘵𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘢𝘯𝘵𝘢𝘳á𝘯 𝘦𝘴𝘵𝘰𝘴 𝘵𝘢𝘮𝘣𝘪é𝘯. 𝘚𝘪 𝘯𝘰 𝘦𝘴 𝘢𝘴í, 𝘮𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘥𝘢𝘳 𝘢 𝘮𝘪. — 𝘢𝘨𝘢𝘳𝘳é 𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘶𝘭𝘤𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘴𝘶𝘴 𝘱𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘢𝘴 𝘮𝘢𝘯𝘰𝘴.

—𝘔𝘶𝘤𝘩𝘢𝘴 𝘨𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘴, 𝘈𝘬𝘢𝘯𝘦. — 𝘷𝘪 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘴𝘦 𝘢𝘤𝘦𝘳𝘤ó 𝘢 𝘮𝘪 𝘺 𝘮𝘦 𝘥𝘪𝘰 𝘶𝘯 𝘣𝘦𝘴𝘰 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘮𝘦𝘫𝘪𝘭𝘭𝘢.

—𝘛𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰 𝘒𝘶. — 𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘮𝘰𝘷í𝘢 𝘴𝘶𝘴 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘰𝘴 𝘵í𝘮𝘪𝘥𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦. >>>

—Así que fue con unos dulces de café. — la vi, ella intentaba limpiar todo rastro de lágrimas.

—Así es Akane, lamento haber borrado tus recuerdos, pero no quería que sufrieras más a mi lado, pero soy egoísta, que aún sabiendo la verdad te quise a mi lado. —limpie sus lágrimas.

—Ku, no sabía que habías hecho tal cosa, más sin embargo te perdono, y te agradezco, por quitarme la maldición de ser psíquica, pero aún así, te agradezco aún más el ser mi pareja después de todo lo que hicieron mis padres. — ella se había acercado a mi cara.

—Akane... Quiero que sepas algo. —antes de que ella pudiera darme un beso, la detuve con mis palabras.

—¿Dime ku? —ella me miró atenta.

—Te tengo un amor inmenso. Es asombroso estar a tu lado. Aveces no puedo expresarme correctamente al hablar contigo, pero créeme que siempre tienes la mejor parte de mi. Gracias por permanecer a mi lado después de que supieras todo. — había intentado agarrar su mano, a lo cual esta vez no alejó su mano, aseguro que estaba rojo en las partes de mis mejillas.

—Ku... —ella también lo estaba. —Vayamos a mi casa. —antes de salir del café pago la cuenta.

Ambos estábamos agarrados de la mano, mientras caminábamos a la dirección de su casa.

ᴅᴜʟᴄᴇꜱ ᴅᴇ ᴄᴀꜰÉ (ꜱᴀɪᴋɪ ᴋᴜꜱᴜᴏ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora