⚔ Capítulo 2🛡

81 11 83
                                    



Margueritte lanza un ataque con un movimiento que sé que va a cambiar de dirección, en lugar de ver la espada, me concentro en sus ojos y descubro la verdadera dirección de la acometida, deteniéndola a tiempo.

Trato de derribarla haciendo palanca con el pie, lo cual no funciona porque salta y ya viene con un golpe desde arriba. Cada uno de los ataques es parado y la respuesta es un inmediato contrataque también infructuoso, y así vez tras vez hasta que ambas estamos demasiado cansadas para continuar.

—Llegamos a nuestro límite —dice entre jadeos. Estamos tumbadas sobre la fina capa de nieve en el claro detrás de las caballerizas. Soportamos el frío como parte del entrenamiento, a mí se me da mejor; para ella ha sido un proceso gradual y algo duro, pero ha tenido mucho progreso.

Si ha sido difícil el cambio de su cálida y brillante aldea natal, al frío y rigidez de Gaoth, no lo ha demostrado.

—Ya lo sé —respondo, también sin aire—, pero no tenemos quién nos enseñe nuevos ataques y escabullirse a los entrenamientos en esta época es más complicado.

—Deberías pedírselo a Hildegard.

—¿Estás loca? ¿Quieres que me mate?

—¿Dimitri?

—Me lo he planteado, pero no estoy segura de sus intenciones al ofrecerse como miembro de la comitiva que me acompañará a Laurassia. Su historia de que es con intenciones de abrir un camino de negociaciones con Laurassia no me lo creo.

Estamos estancadas, ambas hemos practicado hasta la saciedad los movimientos que conocemos, pero no tenemos lo que se requiere para crear nuestros propios ataques, resultan ser imposibles de realizar en una situación real de batalla o son vulnerados por la otra sin problemas.

Suspiramos porque hemos tenido esta conversación muchas veces sin encontrar una solución.

Seguimos entrenando para mantenernos en forma, pero necesitamos aprender nuevos ataques, otras técnicas que abran nuestra mente, lo cual para ambas es importante ya que estamos decididas a no depender de nadie para que nos protejan. No voy a permitir que se repita lo de Bleackville.

Cuando sentimos que el frío entorpece nuestro movimientos, decidimos adentrarnos al palacio y nos dirigimos a prepararnos para la habitual reunión con la delegación de Laurassia.

La delegación proveniente de Laurassia resultaron ser cinco personas de la nobleza que nos ayudan a aprender sobre sus costumbres, el rígido protocolo de la corte y algunas acciones a evitar en reuniones formales con el rey. No es complicado, básicamente: permanecer tiesos como estatuas hasta que el rey o la reina autoricen hablar, comer, moverse o siquiera respirar.

En las reuniones informales, como bailes y comidas normales, sin dignatarios o el consejo de nobles, las reglas son más relajadas.

Todo cambia en reuniones sagradas, entonces un movimiento fuera de lugar es castigado con una larga estadía en las cámaras de tortura de Laurassia. ¡Cámaras de tortura! Un escalofrío me recorre la espalda sólo de pensar en recintos específicamente construidos y equipados para causar el mayor dolor posible a potenciales prisioneros que bien podríamos ser cualquiera de nosotros.

La mujer a cargo es sumamente hermosa: su nombre es Divia. ¿Por qué todo mundo en Laurassia tiene ese maravilloso cabello tan negro y rostro perfilado y armonioso? ¿O escogieron a los más hermosos para enviarlos a Trondheim?

 ¿Por qué todo mundo en Laurassia tiene ese maravilloso cabello tan negro y rostro perfilado y armonioso? ¿O escogieron a los más hermosos para enviarlos a Trondheim?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Más Allá de la Sangre [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora