CAPÍTULO 14. POR DESIGNIO DE LAS ESTRELLAS
Cuando entramos al salón está completamente vacío. Otra escalinata se encuentra al fondo y sobre ella puedo ver dos... ¿tronos?
Son dos conjuntos de enormes almohadones dorados rodeados de exuberantes flores. Caminamos sobre una alfombra aterciopelada de un carmesí impresionante, tan ancha que unas treinta personas podrían pararse en línea de extremo a extremo. A ambos lados de esta, están dispuestos más almohadones para los invitados y justo al pie de la escalinata los lugares que presumo están dispuestos para las personas de alto rango. Subimos algunos escalones y en un rellano puedo apreciar más lugares, tanto más alto el cargo, más cercano al rey está dispuesto el sitio.
Una vez arriba, nos sentamos en nuestros lugares, mucho más cómodo de lo que pensé y observamos la entrada de los invitados. Primero sus generales, los cuales se ubican justo por debajo de donde nos encontramos. Luego mis acompañantes, algunos escalones por debajo de sus generales y luego los nobles, al pie de la escalinata. El resto ocupa los lugares a ambos lados de la alfombra, la cual es retirada una vez que los invitados han tomado su lugar.
—¿Qué te parece? —pregunta el rey cuando los sirvientes entran con impresionantes bandejas con todo tipo de manjares.
—Es más extraordinario de lo que pensé, debo confesar que estoy sorprendida.
—Me alegro, ya que no soy el único sorprendido.
—No creo igualar esta magnificencia.
—No puedes igualar lo que está por debajo de ti.
No sé cómo responder a sus palabras. Debería mostrarme tímida ante sus galantes halagos, pero sus palabras son como puñales porque van acompañadas de muchos recuerdos dolorosos. Aunque nunca lo había visto, su nombre está presente en cada momento triste de mi vida.
—Entonces, ¿debería descender un poco para estar al alcance del banquete? Porque parece que las viandas no ascienden a estas alturas del cielo.
Se ríe y sus generales y mis acompañantes se giran un poco para ver el intercambio. Quizá no esperaban que este encuentro tuviera algo de agradable. Los generales parecen aliviados y mi comitiva todo lo contrario.
Levanta apenas la mano y ante su gesto un ejército completo de sirvientes aparece de la nada para servirnos nuestros platos.
—Me disculpo por mi falta de consideración, olvidé que has realizado un largo viaje y debes estar cansada y hambrienta.
Cansada, hambrienta, aterrada, nerviosa, fatigada, a punto de un colapso, pero entera ante el mundo, aunque por dentro no sea más que un despojo. No vine hasta aquí para arruinar mi matrimonio, tengo que hacer que esto funcione, aunque sea en apariencias y llevar definitivamente la paz a mi reino, así tenga que clavarme la sonrisa con agujas en la cara.
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Más Allá de la Sangre [TERMINADA]
Historical FictionLa guerra le roza los talones a la princesa Ariana y para detenerla ha tomado una decisión que pone en jaque las delicadas relaciones con sus aliados. El mapa político del mundo está cambiando, todas las fichas comenzaron a moverse y en medio de to...