Más Allá de la Sangre [TERMINADA]

⚔ Capítulo 18🛡

CAPÍTULO 18. LA VERDAD

Reino de Laurassia

Año 491 de las Eras de Trondheim

NOTA: debido a las nuevas políticas de edad de consentimiento de wattpad este capítulo ha sido censurado. La versión completa la puedes encontrar en la versión kindle disponible en Amazon a solo 0,99 USD

Esta mañana, después del desayuno, Dimitri se acercó mientras caminaba con Hildegard y Margueritte por los jardines. Los jardines de este palacio son un verdadero prodigio, no creo recordar haber visto tanta variedad de flores juntas.

—La vista no es tan colorida en los rincones más oscuros de este idílico lugar —susurró fingiendo que sacaba unas flores del estanque al cual yo estaba asomada.

—¿Eso qué significa?

—Te lo explicaré si vas al ala este, nos vemos en la entrada del pabellón más alejado.

Se va caminando tranquilamente y se adentra al palacio.

Breoghan se fue a recorrer las aldeas y dijo que no volvería hasta mañana. No sé si sea prudente perderme por pabellones abandonados en su ausencia, pero tengo que saber qué es lo que pretende Dimitri para detenerlo antes de que mi casi esposo regrese.

Después de dar un par de vueltas para confundir a mis guardianes, logro perderme dentro de los oscuros pasillos. Estoy segura de que no me han visto entrar a esta área del palacio y me dirijo al lugar donde me citó el príncipe de Burgundia.

—Dime Ariana, ¿ya consumaste tu unión con Breoghan?

Doy media vuelta sin responder y Dimitri se apresura a ponerse delante de mí.

—Espera, esto no es lo que parece.

—Sé que lo que viniste a hacer es tratar de impedir mi matrimonio y de una vez te digo que detengas tus esfuerzos porque mi alianza ya es un hecho y no hay vuelta atrás.

—Ven conmigo y luego me dices si no hay vuelta atrás.

Nos adentramos en una de las habitaciones y luego va hacia unas columnas cubiertas de una casi plena oscuridad. Lo que parecen solo columnas encubren una puerta llena de polvo y telarañas. Caminando por ella llegamos a una estancia que parece haber estado abandonada por muchos años. No son como los estrechos, oscuros y húmedos túneles que componen la red de seguridad del palacio de Gaoth. Más bien parece que se fueron haciendo construcciones sobre otras y las más antiguas simplemente fueron abandonadas.

Seguimos por lugares que parecen la versión de pesadillas del palacio: las mismas columnas, los mismos decorados, las mismas alfombras, pero todo lleno de polvo y telarañas.

Luego comenzamos a bajar por una escalera de caracol y de pronto comienzo a escuchar gritos, golpes y llantos.

—A partir de aquí hay que mantenernos callados. Ariana, veas lo que veas y oigas lo que oigas no debes dejar que te vean. ¿Entendido?

Solo asiento con la cabeza porque sus susurros, los llantos y la oscuridad me producen una sensación de terror que crece en mi pecho e invade todo mi cuerpo.

Seguimos un pasillo tan estrecho que tenemos que avanzar de lado. Aquí si hay un ambiente húmedo y hasta hay goteos del techo.

Nos asomamos y lo que veo son unas mazmorras. Desde nuestro escondrijo veo una hilera de celdas con barrotes gruesos y oxidados. En el suelo hay una nauseabunda mezcla de barro, desecho humanos, sangre y no quiero saber qué más. Unos hombres fornidos con las caras cubiertas bajan a rastras algunos cuerpos que parecen muñecos de paja que alguna vez fueron hombres. Arrojan sin miramientos algunos a las celdas mientras sacan otros y se los llevan por las mismas gradas. Los que suben van por su propio pie, pero su mirada vacía, los cuerpos esqueléticos y pasos vacilantes me dicen que no es por su voluntad.