CAPÍTULO 40. EL CAMINO DE LA LUZ
—¡Margueritte! ¿Dónde estabas?
Me detengo a tomar aire antes de responder la pregunta que Angèle me lanza más como un reproche. Hildegard está a su lado y emite algo como un gruñido.
—Toda la servidumbre está vuelta loca —respondo entre jadeos—, ni siquiera habían elegido las bandejas del banquete, Ariana se desligó de todo desde que regresó Oswald y tuve que hacerme cargo de los último preparativos.
—Bueno, pues déjame decirte que mereces una medalla porque todo está maravilloso.
Extiende su mano señalando de forma vaga hacia todo el salón. Me tomo algunos segundos para contemplar mi obra que, dicho sea de paso, me llena de orgullo. El salón relumbra de lujo, cortinajes de un hermoso rojo oscuro que realzará el cabello de Ariana, borlas de plata y oro, alfombras púrpura y tantas flores que parece que estamos en el jardín, aunado a los tapicez azul cielo que hice colgar, da la apariencia que es plena primavera. Más le vale a este par de tontos que disfruten esta noche porque no en vano he tenido que sufrir esta cursilería.
Las trompetas dejan oír su potente sonido y las puertas se abren. Detrás de ellas aparece una princesa en todo su esplendor. Por un breve instante veo una expresión de perplejidad en su rostro, pero cuando mira hacia el trono, se recompone y muestra la más amplia y boba sonrisa que jamás le ha ya visto. Al otro lado del salón la esperan el rey acompañado de Jason, que también tiene una estúpida sonrisa en la cara. ¡Ay este par!
—¡Luce tan hermosa! —suspira Angèle. Más vale que así sea, Hilda y yo pasamos cinco días enteros eligiendo ese atuendo y ni hablar del peinado, las joyas, la tiara, el perfume... Me da náuseas recordar todos los aromas que tuvimos que combinar para encontrar el ideal.
Ariana llega por fin al trono y el rey la toma de las manos. A nuestro alrededor se siente un ambiente inestable. Algunos de los nobles están satisfechos con este arreglo, los aliados comerciales y las casas dependientes de los Borchgreving se relamen de gusto al pensar en la tajada que les tocará cuando estos se conviertan en la nueva casa real. Por otro lado, sus opositores, que no son pocos, seguramente están pensando una forma de derrocarlos antes de que haya un heredero.
El rey termina su discurso y contengo el aliento a la espera del momento culminante, pero no llegan a tomarse de las manos porque, al fondo, una voz truena con una sola palabra: "¡Alto!".
Sin voltear a ver, ya sé quién ha pronunciado esa palabra. ¡Lo sabía! Sabía que el imbécil de Dimitri no se quedaría de brazos cruzados, incluso me planteé sacarlo de la jugada algunos días y Hildegard estuvo de acuerdo conmigo, pero ¡No! La princesita dijo que era su amigo y que nunca haría nada para dañarla. ¡Cómo no! ¡Mira ahora a tu amigo!
Dimitri llega hasta el trono y se detiene antes de subir la primera grada.
Ariana lo mira con duda y dolor, más que con enojo. El rey casi intenta asesinarlo con la mirada y Jason... Jamás sé interpretar su expresión, cuando se propone esconder sus emociones se transforma en un ser sin sentimientos que casi da miedo.
—Príncipe Dimitri. Dada la buena relación que se acaba de forjar con Burgundia, espero que esta interrupción tenga una buena explicación, no quisiera que un incidente desagradable empañe nuestra nueva amistad.
—En nombre de esa amistad es que tengo que dar esta información. Usted no puede aprobar este compromiso ya que el futuro rey podría tener sus intereses comprometidos con Laurassia.
¡Qué?
—¿De qué habla?
—¿Qué es lo que está pasando?
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Más Allá de la Sangre [TERMINADA]
Historical FictionLa guerra le roza los talones a la princesa Ariana y para detenerla ha tomado una decisión que pone en jaque las delicadas relaciones con sus aliados. El mapa político del mundo está cambiando, todas las fichas comenzaron a moverse y en medio de to...