CAPÍTULO 25. LA HUIDA
Los secretos son paredes que se interponen entre nosotros y las personas que amamos.
***
La noche es fresca y las nubes se amontonan tapando la luna. No me molesta, la oscuridad es como una cobija que cubre las heridas, que me protege de las miradas interrogantes de las personas que no entienden mi comportamiento y me dan algo de paz. He vuelto a la orilla del río una y otra vez, sentarme aquí a escuchar el sonido del agua es tranquilizador.
No puedo dormir y aunque debería ser un problema no lo siento así, me da más tiempo para entrenar y ayudar en el campamento de los rebeldes. Me paso el día yendo de acá para allá, entrenando con Hildegard y Margueritte y el resto escondida para que nadie me pregunte nada. En un par de ocasiones Dimitri me ha ayudado a escabullirme, dice que los tiempos a solas, a veces, son mejores que las palabras de simpatía y lástima de los demás.
Cuando Dimitri me encontró esa noche y supo lo que me había pasado, no se compadeció de mí, no me dio palabras de consuelo.
"Lo que ese maldito te hizo no cambia nada, sigues siendo libre".
"Tienes que ir por Jason a las mazmorras y volver a Trondheim para advertirles lo que Breoghan está haciendo".
Me dio una salida y me dijo cuál era mi deber. Fue todo, pero me puse de pie e hice lo que tenía que hacer.
Hace algunos días, después de encontrar a Hildegard y Margueritte entrenando y unirme a ellas, me llevé una grata sorpresa. Cuando volví al campamento vi a Madelein ayudando en la tienda de los heridos.
Mis tres doncellas lograron salir, en medio de todo es un gran consuelo. Aunque Hanako y Eliana decidieron intentar volver a casa, Madelein decidió unirse a la rebelión, ella no quiere volver con una familia que la vendió para saldar sus deudas, provocando que fuera sometida a toda clase de vejaciones.
Me pongo de pie y camino al campamento, me voy sigilosamente a la "carpa médica" como la llaman, aunque solo tienen camastros a punto de venirse abajo y algunas hierbas. Todo está oscuro, pero ya me sé el camino de memoria y llego hasta él.
Escucho su respiración, ahora mucho más clara. Recuerdo las palabras de Pelkha:
—¡Dime algo! ¡Dime de una maldita vez si va a vivir o no! —ruego, grito y suplico con el alma atravesada de una implacable angustia.
El muchacho me mira y mi confusión es tan grande que no acierto a leer su expresión.
—Su... su respiración es regular...
—¿Eso qué significa?
—Significa que libra una batalla con uñas y dientes contra la muerte... y está ganando.
Está ganando, solo eso importa, lo demás ya lo solucionaremos sobre la marcha. Permanezco unos minutos y me voy, no me quiero arriesgar a que se de cuenta de que vengo de noche cuando no puede enterarse de mi presencia.
Al salir, Margueritte me asalta.
—¡Lo sabía!
—¿Qué haces aquí?
—¿Qué haces tú aquí a esta hora? Deberías venir durante el día cuando pregunta por ti sin cesar. ¿Por qué no quieres hablar con él? ¿Acaso ya no te importa?
La miro fijamente sin responder. Preguntarme eso es lo más hiriente que podría decirme, incluso si no comprende mis motivos, aunque llegue a pensar lo peor de mí, no puede venir y poner en duda mis sentimientos por Jason.
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Más Allá de la Sangre [TERMINADA]
Historical FictionLa guerra le roza los talones a la princesa Ariana y para detenerla ha tomado una decisión que pone en jaque las delicadas relaciones con sus aliados. El mapa político del mundo está cambiando, todas las fichas comenzaron a moverse y en medio de to...