CAPÍTULO 28. ENCUENTRO INESPERADO
Hay momentos en los que todo encaja con tal claridad que te preguntas cómo es que no lo viste antes.
Mientras caigo al vacío y veo los rostros horrorizados de mis amigos, entiendo que mi vida consiste en lo que tengo por delante y no lo que he dejado atrás.
Mi cuerpo golpea el agua con tanta violencia que el dolor me invade al completo, pataleo en busca de aire, pero la corriente del río me hace dar tumbos y soy incapaz de salir a la superficie.
En mis oídos retumba su voz partiéndose en un grito lleno de terror, solo gritó mi nombre, pero yo no pude responderle.
—¡Ariana!
Mientras me hundo me sigo preguntando cómo es que permití que el dolor anegara el resto de mi vida, me sentí tan impotente y me dejé llevar hacia la oscuridad hasta el punto de no ver más allá de mi propio sufrimiento.
Hay tanta paz aquí y, sin embargo, yo no quiero paz. No fui hecha para la paz, fui hecha para pelear, para seguir, para caer y levantarme y darle la cara a la vida sin importar cuántas veces me golpee.
Y con esa convicción vuelvo a patalear, renunciando a la tranquilidad del fondo para buscar el caos de la corriente y consigo mantener la cabeza fuera el agua el tiempo suficiente para tomar una bocanada de aire, me vuelvo a hundir, pero logro salir una y otra vez hasta que alcanzo una orilla y me libero del arrastre del agua.
Jadeando, empapada y helada, miro al río como diciendo: "Si pude contigo, puedo con lo que sea". Me dejo caer, exhausta, decidiendo cuál será mi próximo movimiento y lo único que puedo pensar es que tengo que volver con los demás lo más pronto posible. Me pongo de pie y las piernas me fallan. Bien, quizá sea buena idea descansar aquí algunos minutos.
***
Esta mañana comenzó como todas en las últimas semanas. Comenzaba a parecer que mi vida se había vuelto una rueda que gira y gira sin parar, haciendo las mismas cosas sin pensar si tenía algún sentido. Cada día pensando que retomaría mi vida cuando volviera a casa y esta pesadilla hubiera quedado atrás, dejando la decisión de seguir adelante para después.
Reunidos alrededor de la fogata, como ya se hizo costumbre, discutimos si quedarnos a pasar una noche más en el lugar donde hemos levantado el campamento o avanzar, ya que estamos muy al norte y si llega el invierno antes que crucemos la frontera podríamos quedarnos atrapados en Laurassia un par de meses. Nadie quiere pasar ni un día más del necesario en este reino. Decidimos descansar hasta medio día y luego seguir avanzando. Después de eso me dispongo a abandonar la fogata para no permanecer cerca de él ni un segundo más cuando Hildegard me sorprende con una pregunta que más que incómoda es atrevida.
—Ariana, ¿Ya elegiste a un nuevo candidato a rey de Trondheim?
Todos suspenden sus conversaciones para mirarla con enojo, reproche o sorpresa. Un instante después las miradas se dirigen a mí y por instinto yo busco a Dimitri para que me saque de este apuro. Lo sé, sé que me he vuelto muy dependiente de él, pero cuando no está cerca me siento confundida y me lleno de ansiedad.
—No creo que sea el momento para pensar en eso, podríamos esperar a llegar a Trondheim para que Ariana tome esas decisiones.
Lo miro agradecida, pero Hildegard no quita el dedo del renglón, sigue hablándome ignorando las palabras del príncipe.
—Piensa por un segundo: tú llegas triunfante a tu reino para anunciar que no hay más alianza, ni compromiso y encima de eso acarreas una guerra. ¿Qué crees que harán tus nobles?
Eso no hay que pensarlo mucho, si no les doy al menos la esperanza de un heredero, van a derrocar a la casa Brimill y comenzarán a pelear entre ellos por el poder, mientras tanto, Breoghan llegará a nuestras fronteras y nos destruirá.
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Más Allá de la Sangre [TERMINADA]
Historical FictionLa guerra le roza los talones a la princesa Ariana y para detenerla ha tomado una decisión que pone en jaque las delicadas relaciones con sus aliados. El mapa político del mundo está cambiando, todas las fichas comenzaron a moverse y en medio de to...