CAPÍTULO 38. DULCE HOGAR
En verano la actividad en el castillo de Gaoth suele aumentar. Cortesanos y plebeyos acuden para las fiestas, se respira el ambiente festivo en cada esquina. Este año, sin embargo, algo es diferente; entre las risas, hay una duda velada y entre la música, se percibe el temor. Incluso las almenas, no lucen a rebosar de vendedores y juglares como en antaño.
El pueblo lo sabe: los reclutamientos, refuerzo de la seguridad en las fronteras, el aumento de los impuestos y la disminución de los tiempos de entrenamiento antes de ser nombrados soldados del ejército regular, la guerra se cierne con su sombra maligna en cada rincón de nuestras vidas.
Galopo a toda velocidad, a lomos de Guerrero, por un verde infinito que me hace soñar. Me dejo llevar por la sensación de libertad olvidando, al menos por estos fugaces instantes, el incierto futuro que tenemos por delante. Me detengo a solo algunas varas del borde de un pequeño barranco que separa la propiedad de los Borchgreving del extenso bosque.
—Creí que planeabas volar al castillo —Aunque intenta que sea un reproche, la alegría en su voz delata lo contrario.
Llega hasta mí y Vengador se detiene aún más cerca del borde que Guerrero.
—Al parecer eres tú quien tiene esa intención.
—En otra ocasión podríamos intentarlo.
—No, gracias.
Hago a Guerrero dar media vuelta y me dirijo a una pequeña arboleda donde solemos dar pequeños paseos, en los muy escasos momentos en que los asuntos de la corte no requieren la presencia de los futuros reyes de Trondheim. Desmontamos y, dejando pastar tranquilamente a los corceles, nos internamos entre los árboles, tomados de la mano, como antes de que toda esta pesadilla del compromiso y la guerra comenzara.
—¿Oswald aún no regresa?
—No, hace meses que partió a unos asuntos en Lyon, parece ser que las cosas se han complicado.
—¿No tienen idea de cuándo podría volver?
Me regala esa sonrisa burlona que aprendí a amar.
—¿Por qué? ¿Ansiosa, milady?
—¡Cómo si tú no lo estuvieras también! —Demando fingiendo molestia y lo empujo un poco, lo que hace que se ría y me tome en sus brazos.
—¡Como nunca antes en la vida! Pero, no podemos celebrar un baile de compromiso sin él, ¿cierto?
—Pues no estoy dispuesta a esperar más, le doy un par de semanas para que aparezca, además, las doncellas no paran de importunar: que si el color de las flores, las telas, el vestido, los invitados, quién se sienta al lado de quién, los cortinajes... ¡Por Hela! ¿A quién le importan los cortinajes?
Paramos un momento para sentarnos a la sombra de un árbol.
—Creí que disfrutarías de los preparativos.
—Me tienen sin cuidado los preparativos, por mí, te arrastraría ahora mismo a los templos para casarnos sin invitar a nadie que venga solo a murmurar sobre cada detalle de la fiesta.
—Suena muy tentador, pero habría muchos rumores en la corte.
—A estas alturas ya no me inquietan los rumores.
De hecho, no puedo creer que alguna vez me importaron. Después de entrenar junto a Margueritte, Angéle, Dimitri, Leanna, Vismair y Morgain bajo el mando de la inflexible Hildegard, entro al palacio por la puerta principal. Las cortesanas desvían la mirada y las más atrevidas me saludan escandalizadas por mis fachas de soldado de baja posición, haciendo que les regale un saludo masculino, lo que casi las hace desmayarse.
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Más Allá de la Sangre [TERMINADA]
Historical FictionLa guerra le roza los talones a la princesa Ariana y para detenerla ha tomado una decisión que pone en jaque las delicadas relaciones con sus aliados. El mapa político del mundo está cambiando, todas las fichas comenzaron a moverse y en medio de to...