⚔ Capítulo 4🛡

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Reino de Laurassia

Año 469 de las Eras de Trondheim

Un ostentoso carruaje se detuvo frente a las puertas del castillo. Dentro de él, la princesa Arlette suspiró y se irguió para enfrentar de forma digna lo que le esperaba. La puerta se abrió y una mano se extendió frente a ella para ayudarla a bajar. Ella posó su suave mano sobre la de Jeur, el viejo caballero que había servido a su padre por décadas y que ahora se encargaba de protegerla, y bajó del carruaje estirando el pie delicadamente hacia adelante y manteniendo la espalda erguida y el mentón levantado.

"Una princesa se mueve tan suavemente que sus movimientos apenas mueven el aire y más grácil que un pétalo cayendo sobre el agua"

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"Una princesa se mueve tan suavemente que sus movimientos apenas mueven el aire y más grácil que un pétalo cayendo sobre el agua".

A pesar de haber crecido en el exilio, ella sabía que era una princesa y no permitiría que nada ni nadie pisoteara su dignidad, ni siquiera su tío: el rey Hilsgard; ni mucho menos su pretencioso e insoportable primo: Breoghan, quienes la esperaban frente a las puertas.

—Mi querida sobrina —Se adelantó su tío con una sonrisa que no tenía la intención de ser cálida—, es un placer tenerte con nosotros.

Arlette se inclinó, solo lo estrictamente necesario, ante el rey.

—El placer es todo mío, querido tío, un placer culposo —insinuó con una provocadora sonrisa de lado que hizo a Jeur desviar la mirada.

Hilsgard emitió una exagerada carcajada, pero Breoghan la miró con el ceño fruncido. El rey le ofreció el brazo con galantería y ella lo aceptó.

Se encaminaron hacia el interior del castillo y notó que su primo enfurecía porque le pasó del lado apenas con una inclinación de cabeza por todo saludo.

Ella sabía que le debía respeto al rey, pero se consideraba en la misma posición que él, si quería una reverencia real, bien podría esperar sentado.

—Hemos preparado un banquete en tu honor, te encantará la selección de frutas exóticas —dijo el rey con esa hermosa y aterradora sonrisa característica de los Laingrayd.

—Gracias tío, solo espero que sean frutas frescas, el néctar añejo es un mal augurio para una cena de bienvenida.

Hilsgard se detuvo bajo la cúpula del gran salón desde donde muchas puertas en forma de arco conducían a las distintas áreas del castillo. Las finas telas rojas pendían del techo, indicando que era un día de fiesta y los adornos de reluciente oro decoraban las paredes. Arlette notó cómo el portentoso rey de Laurassia contenía la furia y le dedicaba su ensayada sonrisa, mirándola con sus gélidos ojos oscuros.

El néctar añejo era llamado la Copa de Raab, la diosa de la destrucción y la muerte. Solía servirse en los funerales de los reyes hasta que, muchos años atrás, un príncipe había contaminado el jugo en el funeral de su padre y había envenenado a todos sus hermanos, convirtiéndose en rey a los doce años. Era casi un tabú, más entre la realeza.

Más Allá de la Sangre [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora