Capítulo 18: Un mensaje inesperado.

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"Entre tu y yo hay viejos sentimientos, pensé que no volverían jamás. Se que tú y yo tenemos una historia que nos dejó en medio de la soledad."

Narra Brad:

Acabé haciéndole caso a Spencer y nos dirigimos a la biblioteca del instituto, la cual nadie visitaba a esas horas, para charlar tranquilos.

Mi amigo parecía estar empeñado en lograr que yo sufriera. El silencio del lugar me generaba adrenalina y él muy imbécil no era capaz de largar todo de una vez.

—¿Y entonces? —indagué resignado y resoplé.

—Es una bomba —aclaró y se sentó en un sillón bajo, luego me indicó que yo también lo hiciera, obedecí y declaré:

—Hazla explotar de una vez por todas.

Spencer se mostraba un tanto nervioso y yo no entendía el porqué de eso. Así que insistí:

—He dicho que la hagas explotar.

—Bueno es que...

Parecía estar dudando. Su rostro me daba a entender que de un instante a otro un cambio radical se apoderó de él y ahora ya no quería contarme nada. Tartamudeaba y no narraba algo en concreto.

—Trata sobre Audrey y... Eizen —enunció por fin. Me incorporé en el sillón quedando más cerca de él y esperando expectante lo que me diría.

—¿Qué ocurrió entre ellos? ¿Los viste juntos? —indagué sobresaltado, con la ceja derecha alzada a un gran margen.

—S—si —tartamudeó.

—¡¿En dónde?! —casi que grité.

—En ei... eid... ¡En un bar! Si en un bar. —Sonrió cálido y tomó aire antes de continuar hablando, yo mantenía mi postura de que seguramente debía estar arrepentido ya que ese nerviosismo no era habitual en él—. En realidad —prosiguió—, creo que lo que te voy a decir no te va a servir de nada. El punto es que los escuché charlando y hablaban de un centro de rehabilitación para alcohólicos. Él parecía conocerlo bastante bien.

—¡¡¡¿Y?!!! Das mucha vuelta —gruñí.

—Yo llegué a la conclusión de que él se drogaba o alcoholizaba, una de dos, motivo por el que fue a parar ahí.

—Spencer sos un estúpido bastante importante —le espeté y resoplé—. ¡¿Tanto drama solo para contarme está completa idiotez? ¡¿En serio?! ¡Pensé que me ibas a dar un dato más fogoso para separarlos! ¡Una actividad que realicen en secreto! ¡El lugar en el cual se encuentran! El motivo que los une y hace que...

—Es que —me interrumpió—. En realidad te iba a decir...

—¡Ya está! —lo corté en seco y me colgué mi mochila al hombro—. ¡Basta de idioteces! ¡No voy a seguir perdiendo mi tiempo con esto. Y en todo caso: ¿De qué te sirve a vos que yo los separe? Al que le conviene es a mí, a vos no porque si recordas apostamos que...

—¿Qué apostaron? —preguntó de imprevisto Peter, el mejor amigo de Drey quien ingresó a la biblioteca tras de seguro haber escuchado gran parte de la conversación.

Tanto Spencer como yo quedamos atónitos, sin saber con qué palabras dar respuesta a su pregunta.

—Estoy esperando que me contesten. ¿Qué apostaron? —Caminó hacia ambos con los brazos cruzados y mirada desafiante.

—Nada, nada —negué enseguida—. Le aposté a él que voy a cambiar por Audrey. Se lo aseguré mejor dicho. Y él insiste con que no —mentí para salvarme, me levanté de mi sitio y le palmeé el hombro insinuando confianza.

Ningún obstáculo nos podrá separarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora