Capítulo 43: Desconfianza y AMOR.

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—Danielle voy a sonar algo cruel, pero no entiendo que haces acá —murmuré nervioso mientras ella colocaba sus valijas en mi cama y actuaba con total naturalidad.

—Conseguí trabajo en la cafetería —respondió sonriente y se sentó en mi cama para limarse una uña.

—¡Pero es una locura! ¡Tenías una vida perfecta en la ciudad y viniste a trabajar en una cafetería! Te juro que no entiendo con que fin, estás loca. No tiene sentido que...

Mis palabras parecían importarle un bledo, ella seguía muy preocupada limando sus uñas y no mostraba atención. Su indiferencia me llevó a estallar:

—¡¿Me estás escuchando?! —exclamé.

—Chicos, si quieren yo los dejo solos —interfirió Lucke ante la situación incomoda.

—No, no es necesario que te vayas —se adelantó a contestar Danielle, acto seguido se levantó, caminó hacia mi, clavó su vista en la mía y sentenció—: Vine a luchar por nuestro amor. Sé que estás acá por quién pensás que es tu verdadero amor, pero vine a demostrarte que te equivocas y que tenes que estar conmigo.

Sin dejarme oponerme o hacerle comprender que de mi parte no había interés de luchar por ese supuesto amor, fue que me besó, luego se adueñó de sus dos valijas y se retiró.

—Wow... ¿Esa es la chica que te tiene loco? —indagó Lucke.

—Claro que no, más bien digamos que está loca —dije—. Voy a tener que solucionar mis asuntos con ella, porque si no se va a entrometer en mi relación con la chica que de verdad amo.

Me fui a dormir pensando en lo difícil que sería todo si Danielle seguía comportándose de manera tan necia. Pensé también en Audrey y en lo bonita que se tornaría nuestra relación ahora que no existían los impedimentos u obstáculos, Danielle no erá más que un obstáculo superable y evitable, pronto hablaría con ella para explicarle lo que en verdad sentía. Resultó ser que aunque creí que cortar vínculo con Danielle sería super fácil, acabó siendo lo más difícil de la vida.

Narra Audrey:

Pasó una semana desde que Eizen y yo nos reencontramos y la relación parecía marchar bien. Nos veíamos siempre luego de clases, pero con el correr de los días nuestros encuentros comenzaron a volverse cada vez más privados. Es decir, de tomar una bebida juntos en el campus, pasamos a encontrarnos en la biblioteca; así hasta acabar a los besos en el cuarto de limpieza. ¡Wow! ¡Nada más ridículo que eso! ¡Ni que nos estuviéramos escondiendo de la mafia!

Estos encuentros privados no se daban porque si y de mi parte habían motivos, o para ser más explicita, había un motivo: Lucke.

Él transformó en un amigo para mi, pero no teníamos una amistad normal si no que más bien ese tipo de amistad que yo creo Peter habrá querido congeniar conmigo. Era una amistad que incluía besos, abrazos y coqueteos, siempre en privado. Un día intenté acabar con estos hábitos extraños que nacieron desde el día del recital en donde nos conocimos, pero la respuesta de Lucke ante mi intento de "terminar" me dejó sin palabras:

—¿A que le llamas "acabar con esto? —Soltó una risita—. ¡Esto no es nada! Sólo diversión.

Sin hacerme caso, me siguió besando, y yo que no aprendía más de mis errores y al parecer amaba tropezar siempre con la misma piedra, no supe que hacer para detenerlo.

Como si esta estresante situación no fuese suficiente, se le sumó que Danielle apareció por el instituto. Eizen me juró que ya no tenía nada con ella, pero de todas formas yo igual sospechaba y me aterrorizaba pensar en el hecho de que quizás Eze hacía con ella lo que yo hacía con Lucke.

Ningún obstáculo nos podrá separarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora