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CAPÍTULO CINCO🍁 la magia del silencio

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CAPÍTULO CINCO
🍁 la magia del silencio

CAPÍTULO CINCO🍁 la magia del silencio

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La música es genial. Ayuda a cambiar el humor y tiene el poder de incendiar los sentimientos. Puede ponerte triste, hacerte llorar. O también, te impulsa a bailar. Para mí, la música representaba un escape. Un escape fundamental que necesitaba para atravesar la cafetería de la escuela todos los días hace ya más de un mes.

Eché un vistazo sobre el hombro cuando oí una carcajada alta que logró penetrar a través de la música. Viré los ojos ignorando al chico que seguramente se reía para llamar mi atención y crucé el poco trayecto. Eran pocas las personas que conocía y que podía diferenciar por el nombre. No es que me fuera difícil hacer más amigos que Jess, porque las personas rebosaban de amabilidad y adentrarse en una conversación era más fácil que las tablas de multiplicar. Simplemente no quería. Estaba bien con quien tenía. Quizá no era lo adecuado, no tendría a Jess para siempre, pero me conformaba con solo pensar en el presente.

Ash Quiseng, ese era su apellido, me sonrió desde unas mesas por delante. No podía descifrar a ese chico, porqué se mostraba tan amable todo el tiempo, sonriendo donde sea que mi mirada se encuentre con la suya. Incluso en clase de cálculo sentía su mirada clavada en mi mejilla toda la hora.

—¿Comprada o casera? —preguntó Jess cuando me acerqué a la mesa. Teníamos un lugar especial en la cafetería, casi reservado que nadie ocupaba, y que nos daba vista a todo el lugar. Desde allí podíamos juzgar sin remordimiento.

—Casera. Yo la hice —repliqué, dejándome caer en el asiento—. ¿Tu?

Me miró de la manera más despreocupada que existía y arrastró su comida hacía mí en lo que yo hacía lo mismo. Podía ser genial haciendo pasteles y demás, mas en el último tiempo había aprendido que la comida que preparaba Luke era la más deliciosa del pueblo. Jess vivía con dicho creador, por lo que su comida comenzaba a sentarle mal. He ahí nuestro intercambio diario.

—Ese fenómeno está mirándote otra vez —comentó, tras unos minutos de silencio, levantando la mirada del libro. Así funcionaba nuestra reciente amistad, yo escuchaba música, él leía algún libro. Desde el exterior podía verse extraño, casi ridículo, aunque para nosotros funcionaba a la perfección. La magia del silencio.

The reason | Jess MarianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora