America Stratford vivió toda su vida entre guantes de seda y cócteles, pero cuando a los dieciséis años su padre aparece y la idea de pasar los últimos años de preparatoria con él en un pueblucho de Connecticut es puesta frente a ella, todo su mundo...
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🍂 Cinco son multitud
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—No puedo creer que te hayas convertido en la clase de persona que hace viajes extracurriculares los fines de semana —me acusó Jess, caminando a mí par.
Era viernes, al fin, y acababa de encontrar a Jess nada más salir de casa con mí maleta lista para emprender camino a la competencia de porristas en Boston. Sorpresivamente, habíamos pasado casi todo el día en compañía del otro, con almuerzo incluido. No era un plan que siguiera en mí nueva cotidianidad, pero encontrar a Jess de buen humor después de asistir la mañana entera a clases era algo inusual y debía aprovecharlo al máximo lo poco que durara. Pues era de público conocimiento lo impredecible que ese endemoniado chico era.
—No es mi voluntad, créeme. Si por mi fuera estaría en casa echada en la cama con un kilo de helado llenando mis ojos de los visuales de John Carter, pero... ¿De qué te ríes?
—Es curioso que te apuntaras a las porristas solo por una apuesta que hiciste conmigo —se burló dando un sorbo a su humeante vaso de café.
—Curioso es que yo todavía no me haya podido permitir un coche —me quejé, mi especialidad.
—Mi culpa no es —levantó las manos—. Cumplí mi parte del trato, hice que Luke te diera empleo y que yo sepa, todavía trabajas ahí. Si eres un desastre para administrar tus finanzas no es un problema que me pertenezca.
Auch, eso hirió mi ego de chica pobre.
—¿Sabes que sí es curioso? Que todavía nos soportemos el uno al otro.
—¿Quién dijo que yo te soporto? —sonrió.
—Cierra el pico —le arrebaté el vaso y le di un sorbo antes de regresarlo. Él volvió a beber como si yo no hubiese puesto los labios sobre la tapa. Normal. Todo muy normal—. Hablando en serio, si alguien me hubiera dicho hace dos años que tendría más cosas en común contigo que con cualquier otra persona aquí, me hubiese reído en su cara.
