CAPÍTULO QUINCE
🍁 Déjame libre—¡Nos han invitado a una boda! —Kelly llegó sonriendo, sacudiendo un sobre elegante sobre su cabeza.
A diferencia de mí, ella veía muy importante relacionarse con los vecinos. No le fue difícil. En menos de una semana estaba en boca de todos como «la novia del doctor» que maravillosamente también era doctora. Los pueblerinos la veían como una diosa griega, un ejemplo a seguir, pues no existían muchas mujeres en Stars Hollow que tuvieran una educación como tal.
—¿Si? ¿De quién? —Mitch levantó su trasero del sofá y caminó hacia ella arrastrando los pies como el perezoso que era. Cogió el sobre y lo abrió para leer—. ¿Sookie St. James?
—Es una invitación de lástima —comenté, desde la cocina, centrando mi atención y sutileza a la decoración del pastel sobre la mesada.
Esa mañana desperté de buen humor. Vaya ironía. Sentía que todo por fin volvía a su lugar. Pieza por pieza. Y todo se debía a pasarme la noche hablando con Jess. Ninguno mencionó nuestros problemas, simplemente compartimos opiniones musicales y películas y eso para mí fue suficiente para considerar esa noche como una increíble.
—No es una invitación de lástima —replicó la mujer, sus brazos cayeron al igual que su ilusión.
—¿Cuándo es la boda? —indagué.
—En unas semanas.
—Sip —asentí, aplicando el glaseado—. Es una invitación de lástima.
—Lo siento, cariño, pero America tiene razón...
—Ustedes sí que son familia —bufó.
—Algo así —repliqué, tomando distancia de mí arte para apreciarlo mejor.
Mitch tiró la invitación sobre la mesada embadurnada con crema y se cruzó de brazos para escrutarme con la mirada.
—¿Cómo que «algo así?» —se ofendió.
Existe un dicho que dice lo siguiente: «Si no tienes nada bueno que decir, no digas nada». Sin embargo, eso no significaba que debía silenciar mis verdaderos pensamientos. Faltaban un par de meses para cumplir un año en compañía de Mitch y si bien no negaba que en ese periodo de tiempo hizo un buen trabajo oficiando de padre, me era imposible ignorar el hecho que estuvo ausente casi quince años. Frecuentarnos en verano y cruzar palabras incómodas no me parecía la manera correcta de conectar con una persona. En ese tiempo no me molestaba, la verdad era un plan excelente porque yo tampoco sabía cómo comportarme a su alrededor.
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The reason | Jess Mariano
FanfictionAmerica Stratford vivió toda su vida entre guantes de seda y cócteles, pero cuando a los dieciséis años su padre aparece y la idea de pasar los últimos años de preparatoria con él en un pueblucho de Connecticut es puesta frente a ella, todo su mundo...