(imaginen el gif)
CAPÍTULO VEINTICUATRO
🍁 Cuando crees que las cosas no pueden ir peor... Van peorSi alguna vez tuve dudas de que fui una tirana en una posible vida pasada y que estaba pagando las mil y unas que hice, estas se confirmaron cuando desperté sintiéndome como un cárdigan viejo y arrugado. En otras palabras: enferma como un demonio.
No encontraba la causa que generó el malestar, si era la rabia que ciertos dos chicos me causaban o si se trataba de algún estúpido bicho que pesqué en clase o incluso en el hospital. Ya no interesaba. La cuestión es que esa mañana tuve que arrastrarme al trabajo. Nada más penetré el marco de la puerta, Luke me sacó a patadas, enviándome directo a una consulta con el médico de turno: El doctor Mitchell Stratford. Éste me recetó una ducha tibia, una píldora y reposo y como yo no tenía noción alguna de medicina, tuve que abstenerme y obedecer.
Un día de reposo no fue suficiente, falté al siguiente y luego al siguiente de este. Por suerte, Fizzy llamaba todos los días y Tallie me enviaba por correo los deberes y anotaciones de todas mis clases, incluyendo las que no nos tocaban juntas que eran demasiadas. Incluía además un breve resumen de un párrafo con chismes tontos que escuchaba en la hora del almuerzo. Por supuesto, mi amiga era considerada y, aunque admitía que me moría por saber, nunca mencionó nada sobre Ash o su extraordinaria ex novia.
Me recompuse completamente el viernes, posiblemente el peor día para hacer un regreso. Todos se veían despiertos, eufóricos por acabar la semana que les resultó eterna al ser la primera. Eran chillidos y saltos y murmullos por doquier. Esa mañana mientras me dirigía a la cuarta clase, sintiéndome fresca como una lechuga, lo último que se me cruzaba por la cabeza era que esos murmullos que vi y oí durante la mañana eran nada más y nada menos que sobre mi.
Fruncí el ceño y me senté en un lugar junto a la ventana.
—Dime algo, ¿Tengo algo en la cara? —cuestioné a Lindsay Lister, una de las chicas del grupo de verano, luego de escuchar claramente mi nombre en boca de un par de muchachas de tercero que no conocía en absoluto.
La rubia negó.
—Te ves bien —sonrió—. Lindo color de ojos, por cierto.
—Gracias —respondí—. En realidad, ese no es el punto. Pregunto porque siento que hoy me observan más de lo usual. Creí que después de un año viviendo aquí y atendiendo a la secundaria ya dejaron atrás el asombro por ser la chica nueva.
—Oh —su boca se abultó y sus pupilas temblaron—. Um... yo, la verdad es que...
Mis cejas se unieron todavía más.
—¿Qué está sucediendo?
Ella tragó saliva y miró disimuladamente al resto de la clase. Debí de darle una mirada severa, pues bajó la cabeza y se hundió entre sus hombros para finalmente inclinarse hacia mi asiento que estaba justo por delante del suyo.
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The reason | Jess Mariano
FanfictionAmerica Stratford vivió toda su vida entre guantes de seda y cócteles, pero cuando a los dieciséis años su padre aparece y la idea de pasar los últimos años de preparatoria con él en un pueblucho de Connecticut es puesta frente a ella, todo su mundo...