America Stratford vivió toda su vida entre guantes de seda y cócteles, pero cuando a los dieciséis años su padre aparece y la idea de pasar los últimos años de preparatoria con él en un pueblucho de Connecticut es puesta frente a ella, todo su mundo...
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🍂 Confesión de sábado por la noche
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Desconocía la inmensidad de las primeras citas hasta que me tocó planear una. O bueno, intentar planear una. Decían que era algo importante para la pareja compartir un momento especial, pero dadas las circunstancias, es decir, vivir en un pueblo que ya exploré de punta a punta y además el hecho de que nadie cercano a mi sabía sobre mi nuevo romance, todo estaba siendo más complicado de lo planeado. Solo podía pensar en las horas perdidas frente al televisor viendo cientos de películas románticas que no me sirvieron para nada.
No tuve opción y acudí a la ayuda de una profesional: mi mejor amiga, Fizzy. La única de mis amistades que tenía idea sobre una relación amorosa.
—Tener una cita no es una ciencia, simplemente sal, pasa el rato con él y diviértete, conócelo un poco más. No es el lugar, es la persona. Compartir es lo que cuenta —decía ella del otro lado de la línea. En el año y meses que llevábamos separadas, había notado que mi amiga maduró de una manera que sobrepasaba los límites para un adolescente y ahora me encontraba allí sintiéndome una niña tonta.
—Es que afuera hay... personas.
—¿En serio? Creí que había alienígenas —se burló y bufó. La estaba cansando con mi pesimismo—. ¿Por qué te interesa lo que piensen los demás?
Tristemente, lo tuve que pensar, pues ni yo lo sabía.
—¿Es por tu padre? ¿Crees que se opondrá a tu relación? —cuestionó y agregó—. No es como si estuvieras haciendo algo ilegal o saliendo con un pandillero.
—No, mi padre me tiene sin cuidado. Aunque sé que se pondrá un poco pesado cuando se entere —me encogí de hombros mientras terminaba de doblar la ropa limpia sobre la cama que estaba siendo todo un tema al cuidar los movimientos bruscos de mi hombro herido.
—¿Entonces? ¿De qué se trata? No encuentro lógica en lo que dices.
—Me siento insuficiente para alguien de su talla —confesé. Conocía a Fizzy como la palma de mi mano como para saber que iba a protestar, así que me apresuré a terminar mi argumento—. Antes de que digas algo, tengo que objetar que tú no lo conoces. Ash es un sol, realmente es alguien increíble en todos los sentidos de la palabra. Todo el mundo en la escuela lo ama y lo idolatra. Ser su novia es como estar saliendo con el presidente.
