America Stratford vivió toda su vida entre guantes de seda y cócteles, pero cuando a los dieciséis años su padre aparece y la idea de pasar los últimos años de preparatoria con él en un pueblucho de Connecticut es puesta frente a ella, todo su mundo...
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CAPÍTULO SEIS 🍁 el universo en mi contra
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Estaba molesta. El universo parecía tener planes para complicarme la vida. Y si, puede podía tratarse de algo estúpido para el ojo exterior, pero eso no quitaba que fuera un problemas. Los problemas no se comparten, tampoco se le quita peso. En los últimos días, todo se revolvió a mí alrededor y mi vida se convirtió en una bola de cables y pegotes que no puedo desarmar. No tiene sentido. Aunque de alguna manera, lo tiene desde mi punto de vista.
Para empezar, mi madre llamó planeando el cumpleaños dieciocho de mi hermano, que no sería hasta en unos meses. Dijo que su esposo quería que cenara con ellos esa noche, porque así se celebraban los cumpleaños en la familia. Nada de globos, nada de pastel de colores, nada de música decente. Nuestros cumpleaños eran propios de personas de setenta años. También añadió que a mis hermanos les hacía mucha ilusión verme allí. Sin embargo, nunca mencionó nada sobre ella, sobre si quería que los visitara, solo repetía un constante «mi esposo» y «tus hermanos». Le dije que me lo pensaría. Por primera vez tenía que realmente considerar ir al lugar que unas semanas atrás me moría por regresar.
En segundo lugar, Mitchell, también conocido como Mitch o mi progenitor, me obligó a pasar por la clínica del pueblo —que estaba a rebosar pese a que él siempre decía que no tenía suficiente trabajo que lo mantenga despierto— para retirar el molde que él mismo colocó en mi meñique. Ya no dolía, el moretón era una pequeña mancha amarilla que cubría con los guantes extra gruesos para proteger mi piel del invierno helado de Connecticut y, como no planeaba golpear a alguien en un futuro cercano, no necesitaba más protección.
Y, en tercer lugar, no hablaba con Jess desde el viernes por la noche cuando despotrique contra él por el simple hecho de que esté interesado en alguien más que no sea yo. Resultaba absurdo mi pensamiento. No podía evitar que él conociera nuevos amigos, que pasara tiempo con ellos. Tampoco que encontrara una novia, hasta una amante. No era mío y no era su problema que yo solo lo tuviera a él. Llegué a Stars Hollow siendo una persona independiente, debía serlo al ser criada por mi tipo de madre y, de repente, lancé toda mi vida a un chico que apenas conocía.
Vaya patética.
No obstante, eso no era todo lo que me molestaba, había más...
—America, hey —oí detrás de mí. Las cajas del mercado estaban abarrotadas de personas y, para sorpresa del universo, ya no me importaba mezclarme entre los pueblerinos.
