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CAPÍTULO DIECINUEVE🍁 Su aura y la mía (1)

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CAPÍTULO DIECINUEVE
🍁 Su aura y la mía (1)

Cerré la revista de mala gana, dejándola sobre mi regazo para mirar a mi acompañante con una mueca en los labios

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Cerré la revista de mala gana, dejándola sobre mi regazo para mirar a mi acompañante con una mueca en los labios.

—Me cuesta creer que como deseo estás actrices, que pueden tenerlo todo en el mundo, absolutamente todo, desean tener uñas fuertes —protesté, resentida.

Jess soltó una risa que salió igual a un suspiro. Estaba a punto de burlarse de mí. A él le costaba creer que yo leyera una revista con historias sobre celebridades cuestionables.

¿Qué más podía hacer?

El viaje se estaba demorando más de lo esperado gracias a un camión descompuesto en la autopista y como último recurso desempolvé la revista que pagué sólo por la gigantografía de Cruel Intentions que iría estupenda en mi pared.

—¿Qué pedirías tú? —preguntó, dando una mordida a la tira de caramelos de goma ácida que me fascinaba. En algún punto del viaje cambiamos de lugar y ahora estaba apoyado contra la ventana mientras que yo descansaba mis piernas sobre las suyas porque ya no soportaba tenerlas dobladas.

Apreté los labios y miré el techo en busca de inspiración.

—A John Carter sin camisa —asentí y reí cuando vi la expresión de asco que hizo—. ¡Ya, es broma! Me gustaría tener un cuarto repleto de películas ordenadas por año.

—¿Quieren un Blockbuster?

—No, porque no hay manera que pueda compartirlas con otras personas. Además que me guste el cine no significa que me agradan todos los géneros.

—¿Cómo cuál?

—La pornografía —solté y él se ahogó. Bajé las piernas y repartí golpes en su espalda hasta que dejó de toser—. ¿Qué tienes? ¿Cinco años?

—No, esa es tu edad si nos basamos en la altura.

—Pues tú no estarías muy lejos. Siete como mucho.

Nos miramos, intercambiamos miradas desafiantes y terminamos por reír. Estábamos en nuestro propio mundo. Un notorio cambió sufrió efecto entre nosotros. Algo que estaba lejos de ver con claridad, pero que advertía que sucedió. Y él también lo notaba. No creía en las auras, mas la suya se encontraba en sincronía con la mía.

The reason | Jess MarianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora