8 de Diciembre
Sonreí al escucharlos a mis papás hablar entusiasmados, estaban contándonos como podríamos decorar, hoy era el día de la Virgen, se supone que es el día de armar el arbolito, no creo en mucho en eso, normalmente si puedo hago todo antes de la fecha que tiene que ser, pero esta vez se me dio por seguir la tradición, hoy era un día horrible, lluvioso, e ideal para dejar todo perfecto para las fiestas que ya se asomaban.
Los papás de Peter se fueron a comprar nuevos adornos, mientras nos quedamos los jóvenes encargados de empezar con la decoración.
-¿Te ayudo?-lo vi a Peter cargar el árbol desde el altillo, arriba de todo solíamos guardar las cosas que no se usaban mucho.
-Puedo puedo-él soltó un suspiro, después bajó varias cajas más con adornos-¡ya está todo!
Llevamos las cajas al living y Eugenia puso una playlist de canciones navideñas.
-No estamos en Estados Unidos, estamos en la playa, la costa argentina, no va a caer nieve.. Y todas las canciones hablan de las frías navidades-Candela se rió.
-Sueño con pasar navidad alguna vez ahí, recorrer los parques de Disney, caminar por Nueva York e ir de un lado a otro a último momento para comprar regalos en descuento-les sonreí a mis amigas, cuando me volteé lo atrapé a Peter mirándome, él sabía de esa fantasía mía, cuando éramos chicos nos habíamos prometido hacer eso algún día.
Abrí la caja donde estaba el árbol, mis amigas me ayudaron a ir estirándole las ramas para que quede mejor, nos pusimos a ponerle pelotas cuando llegaron los papás de Peter con nuevas luces y flores colgantes.
Todos ayudamos un poco en todo, cuando agarré la estrella para la punta del árbol lo miré a Peter.
-Te toca.. Hace años lo venimos haciendo con las chicas, vos hace años no venís acá..-se la di- es una tontería, pero según los yankees colocar la estrella arriba de todo es todo un honor-elevé mis cejas.
Él no se lo esperaba, se sorprendió, la agarró de mi mano y la puso, yo todas las veces tenía que hacer punta de pie.
-¡Quedó genial!-mi mamá nos felicitó.
-Ma, ya no somos más chicos, no hace falta que nos felicites por esto-la miré y todos se rieron.
-Siempre vas a ser mi bebé Lali-me dio un abrazo cariñoso y después besó una de mis mejillas, medio que me fastidié, lo vi a Peter reírse de la situación.
Desde lo que pasó hicimos como si nada hubiese pasado, cada uno se dirigía la palabra en los momentos en los que estábamos juntos, el momento de dormir de anoche fue algo raro, solo nos saludamos, no nos quedamos hablando.
Muchas veces soñé con que todo pudiera ser igual, el volver a tenernos confianza y ser compañeros.
-¡Vamos a jugar al amigo invisible!-Candela nos dio un papel y una lapicera a cada uno- pongan sos nombres en la bolsa y le van a tener que hacer un regalo a quién le toque
-¡Ya todos sabemos jugar!-Eugenia la molestó y puso su papel en la bolsa, todos lo hicimos, a los minutos sacamos nuevamente los nombres de la bolsa, me quedé mirándolo y suspiré, podía ser fácil así como también podía ser difícil.
-¡Bueno desde ahora ya pueden pensar cuando comprar los regalos!-Candela asintió con la cabeza.
-¡Genial jefa!-Eugenia elevó sus cejas y la abrazó- no te jodo más-se rió al ver la cara que Candela le había hecho.
Terminamos almorzando milanesas con las papas fritas estrella que siempre hizo mi mamá, todos la aplaudimos.
-Alto deja vú boluda, amaba cuando en los veranos comíamos esto-Eugenia me sonrió, yo también le sonreí, cuando levanté mi mirada Peter también asintió con la cabeza
Al terminar de comer cada uno se puso a hacer algo distinto, se me ocurrió ir al altillo a leer tranquila, había bastante polvo, no era el mejor lugar del mundo, es por eso que encendí un velador y me senté en el sillón viejo que habían traído mis abuelos años atrás.
-Hola...-Peter se apareció después de subir las diminutas escaleras- otro rincón de los nuestros..
-¿Qué querés Peter?-fui directa.
-Digamos que estoy en un día bastante nostálgico, se me están desbloqueando varios recuerdos, recuerdos lindos..-asintió con la cabeza sin dejar de mirarme.
Se sentó a mi lado y se quedó mirando a nuestro alrededor.
-¿Qué se te viene a la cabeza en este momento?-me dio curiosidad.
-Cuando hacíamos carpas con las sábanas, las miles de veces que quisimos dormir acá por la noche pero nos daba miedo, terminábamos en la misma habitación que ahora durmiendo juntitos-esbozó una pequeña sonrisa y se le achinaron los ojos, verlo así siempre fue mi perdición, mi debilidad.
-Sí que éramos inquietos..-también le sonreí- nuestras mamás nos querían matar, nunca nos encontraban
-Y bueno... Siempre hay algún secreto por descubrir, siempre vamos a encontrar la manera de hacerlo-Peter elevó sus cejas, me hizo una caricia en la cara y me miró la boca, dudó, pero no lo hizo- tenes razón cuando me dijiste, estoy confundido.. Y tengo que aclarar mi mente..
Me quedé mirándolo, ¿porqué me lo contaba?
-¿Y?-solté un suspiro- son temas tuyos, no son temas míos.. Peter, voy a seguir leyendo mi nuevo libro policial..
Él lo agarró y lo soltó haciendo que se cayera al suelo, lo miré mal.
-Mariana-me llamó por mi nombre para llamar mi atención-¿no te das cuenta de algo?
-No sé de que me estas hablando Peter, últimamente no entiendo nada de lo que me estas hablando-solté un suspiro, la realidad era que estaba haciéndome un poco la boluda, evadir la realidad y el presente era una opción razonable.
Él me besó, sostuvo mi cara entre sus manos besándome apasionadamente, todo se nos estaba saliendo de control, lo miré a los ojos sintiéndome agitada.
-Necesito aclarar mi cabeza..-me lo susurró sobre la boca- necesito hacer algo Lali...-me miró a los ojos y lo vi, noté algo distinto, deseo.. ¿Deseo?
¿Mi Peter Lanzani estaba deseándome a mi? Bueno, a la Lali mujer.
Llevó su boca a mi cuello y comenzó a besármelo, lentamente fue subiendo hasta llegar a mi casa, otra vez unió sus labios con los míos.
-Peter..-me aparté bruscamente-¿qué estás haciendo?
-Estoy buscando respuestas..-asintió con la cabeza rozando su nariz con la mía.
Lo abracé por el cuello mientras escondía mi cara debajo del suyo, Peter me acarició la espalda pasando su mano debajo de mi remera, supe que todo estaba al borde de irse al diablo, pero ya no había vuelta atrás, ambos estábamos demasiado excitados, encendidos.
No pensé en las consecuencias, fui desvistiéndolo como si no se tratara de Peter, como si se tratara de cualquier otro hombre.
Él me desnudó y se quedó mirándome a los ojos, rozó sus dedos sobre mi escote, me sonrió y escondió su cara nuevamente en mi cuello, me lo besó.
Peter fue delicado, pero pasional, nunca creí que esta situación iba a darse, nos agarramos de las manos, por momentos iba acariciando su cuerpo, se lo recorría tratando de perder la vergüenza, la timidez.
Él volvió a besar mis labios y escuché su respiración agitada, nos encontrábamos los dos desnudos, abrazados y alejados de todos, solos en nuestro escondite de la infancia, pero no habíamos hecho cosas de nenes, habíamos hecho cosas de adultos, algo si cambió, y me da pánico estar siendo realmente consciente de eso ahora mismo.
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Mi única chance
FanficLali Espósito cuando era chica era fan de la navidad, toda la vida junto a su familia pasó los días previos hasta la noche buena con la familia de su mejor amigo en la casa de Cariló, desde que Peter Lanzani se fue a vivir a otro país las fiestas no...