Buena esposa

prologo

No podía creerlo, no quería creerlo, ni siquiera sabía a donde se dirigía, solo quería escapar, huir, dejar de recordar eso, dejar de escuchar como Hermione le llamaba idiota y Ron se burlaba de sus pesadillas, no debió de haber escuchado eso, no era posible, ellos habían sido sus primeros amigos, y lo habían traicionado.

Todo lo que hizo, todos juntos, esos momentos, ellos...lo dejaron atrás.

Fueron por la piedra filosofal, encontraron la cámara secreta, buscaron a Aragog y salvaron a Ginny, descubrieron que lo que había abajo era un basilisco, y hace una semana acababa de usar el gira-tiempo con Hermione para salvar a su padrino.

Siempre juntos, estudiando y charlando, jugando ajedrez con Ron y escuchando a Hermione hablar de la tarea, todo eso para que ellos no lo quisieran, para que lo abandonaran...no era justo.

Siempre había estado con ellos, siempre los había ayudado cuando podía, había detenido sus peleas, había gastado todo su tiempo en ellos...y ellos se burlaban a sus espaldas, diciendo cosas feas y juzgandolo en secreto, burlándose de él mientras en ni siquiera pensaría mal de ellos, no era justo.

Cuando logro identificar algo de la realidad se encontró corriendo lejos de la torre de Gryffindor, lejos de sus amigos, y lejos de todo, para poder estar tranquilo y poder pensar.

Su cabeza solo dejo de correr en su totalidad cuando pudo identificar algo que detenia su recorrido por los pasillos, una gran puerta

Estaba cansado, se encontraba intentando respirar y recuperar el aire perdido, con su vista nublada por todas las lágrimas no derramadas, sus pies protestantes por haber corrido, y sus manos algo lastimadas por que se había agarrado de las paredes para evitar caerse, en resumen, todo su cuerpo lamentando su huida.

Pero ¿Que más podía hacer? Sus mejores amigos siempre lo odiaron, era una realidad tan fuerte que no podía estar allí, ellos eran su soporte, la razón por la que seguía bien, adoraba hogwarts pero ellos son...eran sus amigos.

Decidió apagar su cabeza un momento, tener un respiro y ver en donde estaba, lo reconocio enseguida, a pesar de la oscuridad de la noche y su mirada borrosa no tan borrosa por secarse las lágrimas, era la entrada a la biblioteca

Eso estaba bien, la biblioteca estaba vacía, a fin y acabo, era toque de queda y, se suponía que no debería estar afuera, aunque la verdad, en ese momento no le molestaba perder un par de puntos, con tal de no estar con sus...amigos.

Soltó un suspiro y de manera silenciosa empujo la puerta, igualmente nadie estaba cerca, eso lo sabía, no solo por qué ahora tenía el mapa y lo llevaba siempre consigo, si no que también sabía que el señor Flich se había lastimado, y su gata no se separaba de él, así que no se los iba a encontrar,

No le dijeron a nadie para evitar escándalo de los alumnos escabullendose, como él, pero igualmente al parecer nadie lo había remplazado en su guardia

Se adentro a la biblioteca y camino al fondo, con sus suaves pisadas haciendo el mínimo eco por la falta de personas del gran lugar, además de la silenciosa noche, la cual imitaba a una tumba.

Observó un momento su alrededor, grandes estantes con millones de libros, escritorios y lugares para leer y hacer tareas, además de grandes y altas ventanas, era un lugar tranquilo y espacioso.

Pronto salió de su observación, si alguien venía entonces, lo mejor era que no le vieran parado en medio del lugar, era mejor ser prevenido, así que se dirigió a una de las esquinas escondidas de la biblioteca, aunque probablemente no vendría nadie, era mejor tener cuidado

Con sus suerte, tal vez incluso se encontrará con el profesor snape haciendo guardia, listo para castigarlo, pero ahora, eso no le importaba, lo tenía sin miedo, con lo que había vivido, era normal que pensara asi