Capitulo 8

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La noticia se extendió sin comparación, velocidades en las masas comparadas a las situaciones de vida o muerte, y solo para esparcir el rumor, el hecho importante de la fecha: la pelea del trio de oro.

Se menciono por todos lados, cada esquina y habitación, como un tema casual o una discusión revoltosa, pero el hecho era irrefutable, el trío dorado estaba roto, y no había alma estudiantil que no estuviera enterada.

Ya a la hora del desayuno la minoría ignorante se extinguía a gran velocidad, millones de versiones en diferentes voces que contaban lo que había ocurrido en la torre Gryffindor la noche anterior; y obviamente las especulaciones y las preguntas no quedaron en silencio, parecía qué incluso algunas de las calladas serpientes de Slytherin eran participadoras del tema.

Según lo que todos decían, los amigos de Harry Potter se habían burlado de él, insultado y reclamado y, según quién lo contara, uno de ellos comenzó a gritar y terminaron discutiendo o teniendo un duelo, dependiendo de que tan exagerado fuera el rumor.

El único hecho que parecía verídico era la dañina discusión, dejando como cenizas de ese mortal fuego una amistad rota y el niño que vivió visitando la enfermería, aunque se teorizaba que en realidad había acudido a la ayuda médica porque necesitaba alejarse y tomar un respiro, y no por la herida en si.

Harry había regresado a la sala común de Gryffindor una hora después de salir, ya sin la sangre desbordando de su herida y ni siquiera una cicatriz, pero aún con esa aura de irá silenciosa a menor grado, murmurando "peligro" como un aviso silencioso.

 Gryffindor reconocía, y le aterraba saber en cierto modo, que su sala común nunca había sido tan silenciosa como en esa noche; No se atrevieron a decir nada, y fue solo cuando los nudos de su garganta comenzaron a desenredarse que la noticia paso a otras salas comunes, maravillosamente evitando alertar a los profesores.

Harry no le había dirigido palabra a nadie, y ninguna persona le pregunto nada, sin detenerse ni por un segundo subió a su cuarto y se encerró tras las cortinas de su cama, no se le vio de nuevo.

Cuando el toque de queda termino a las 6:00 a.m. al día siguiente, Potter ya estaba había salido y no se le había visto hasta la hora del desayuno, en dónde los comunes murmullos y susurros callaron de golpe antes de aumentar con violencia cuando entro, dirigiendo miradas analíticas y curiosas, buscando una prueba de que los rumores fueran reales.

Él fue una figura silenciosa con rostro serio, el uniforme pulcro, bien puesto, y una trenza detrás de su oreja izquierda, que colgaba ligeramente y se movía con delicadeza cuando caminaba, dándole un toque hermoso, pero mortal para los que aún podían ver los fantasmas de la mirada asesina de la noche anterior.

Se sentó junto a las cazadoras de su casa, recibieron sus horarios y se fueron, sin mencionar palabra alguna; las chicas sabían que Harry necesitaba tiempo, necesitaba un respiro de todo lo ocurrido, así que se limitaron a acompañarle sin necesidad de hacer más.

Si los profesores se sorprendieron por ver al inseparable trío de Gryffindor a varios sitios de distancia, no dijeron nada, era obvio como el trío de oro se evitaba.

Solos los que observaban de manera curiosa o evaluadora notaron como Granger y Weasley dirigían miradas furiosas y traicionadas a la espalda del niño que vivió, quien les ignoraba.

Harry Potter se limito a quedarse en silencio.

Harry Potter se limito a quedarse en silencio

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Buena esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora