capitulo 22

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Los pasillos, iluminados por los rayos relucientes del sol, se iluminaron junto al ambiente de la mañana, listos y silenciosos para saber, pues ellos siempre eran hogar de muchas situaciones.

Hogwarts siempre había sido un castillo mágico, brillante y real, tan bello que su única descripción era una aurora boreal o la primera vista en los viajes en bote.

Era la descripción de magia.

Por ellos, sus propios pasillos tenían esa chispa viva que todos los magos poseían;  puertas ocultas, cuadros vivos, espacios cerrados y cambiantes.

Y cada piedra en ellos guardaba grandes secretos.

Por qué ellos estaba ahí cuando se declaró un amor, cuando alguien lloro, cuando otro río, cuando una persona fue consolada y otra peleó entre risas con sus amigos; por qué ellos eran testigos de muchas cosas.

Y como siempre, tenían sus favoritos, contagiados de la alegría de algunas memorias que se vivian alli.

Hogwarts era el hogar de muchas cosas, muchas situaciones, muchas emociones, y mucha magia.

Y Harry era algo conciente de esto, alegre de pasar por los largos pasillos juguetones y maravillosos, sin saber realmente que era lo que le causaba alegría al ver las mismas piedras grandes y antiguas que formaban las paredes.

Pero aún así, siempre disfrutaba de persibir esos detalles, atento a los sonidos, a las sensaciones, casi como si pudiera oír los susurros de la magia en los pasillos.

No pudo evitar soltar una pequeña risa ¿Los pasillos también se quedarían paralizados al verlo? Por alguna razón lo imagino así.

Pero no era su culpa, se veía hermoso, de eso era conciente, se veía bonito, era bonito, y todos a su alrededor también lo habían notado.

El rubor casi azul, el brillo en sus mejillas, los delicados mechones blancos entrelazados, el resplandor de su brazalete, y las hermosas flores que lo adornaban.

Se veía mágico, como un bosque encantado con criaturas bellas y amadas, sentía que pertenecía allí, y eso lo llenaba de algo enorme y agradable que lo hacía sentir encantadoramente feliz.

Cuando los gemelos lo bajaron, prácticamente había sentido todas las miradas, pero a diferencia de otras veces, sentía admiración, sentía que lo querían con la mirada, que le decían lo bonito que estaba.

Y pensar que aún enfermo se veía así de presentable, le llenaba de un orgullo que le sentaba demaciado bien.

Caminar por los pasillo, comer suavemente, reír, con ello tenía la atención de todos, y estaba demaciado feliz por ello.

Incluso estaba inclinado a creer que Gryffindor se sentía inclinado a celebrar que él estuviera en su casa, incluso pareciendo inflar sus pechos cuando otras casas se fijaban en él...se sentía amado.

Está vez entendía el por qué un par de chocolates o un corazón de papel, entendía por qué le regalaban cosas, tal vez incluso amor real...pero no estaba inclinado a soñar de más.

Él era conciente de muchas cosas, cómo que la gente era falsa exepto sus hermanos o que no muchas personas amarían todo de él, pero eso estaba bien, por qué aún así era observado, era bonito.

También era conciente de que sus antiguos amigos prácticamente lo habían matado con la mirada, o que varias chicas que alguna vez fueron amables parecían envidiarle con ganas.

Pero por alguna razón nada de eso se sentía mal ¿Por qué debería sentirse así por verse bonito? Tal vez si ellas se esforzaran cómo él...

Pero se estaba desviando, en ese momento tenía que encontrar a Krum.

Buena esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora