Buena esposa

Capitulo 26

Sus pasos resonaban pesadamente por las paredes del aula, el mismo recorrido una y otra vez, vueltas y vueltas como si fuera su intención dejar marcas en la vieja piedra de la que estaba hecha el suelo.

Las chicas lo miraban entre comprensivas y preocupadas,  sus ojos sin apartarse de él ni un segundo, y le sorprendía que no se hubieran mareado, él mismo, si no fuera por el enorme pánico que burbujeaba rabiosamente en su pecho, ya se habría perdido entre sus propios pasos, tan repetitivos y compulsivos que comenzaba a sentir una perdida en su equilibrio.

Suspiro fuertemente, tentado en sentarse por el cansancio y los bordes borrosos que comenzaba a captar en su visión, sin embargo, su ansiedad no se lo permitiría por mas que quisiera, solo se removería incomodo hasta volver a levantarse poco después.

Respiro fuertemente en una no tan agraciada muestra de frustración, vio a Fred y George consolar suavemente a Cedric, quien estaba pálido y con bordes verdes, y a Fleur tomar la mano de Angelina, intentando retener sus temblores.

Él no estaba mejor, pero necesitaba lidiar con esto solo; no era él quien iba a pelear, sin saberlo, si los jueces hubieran cumplido sus planes, con un bendito y enfurecido dragón definitivamente peligroso.

Su magia chisporroteaba bajo su piel, inquieta, atenta, y comenzaba a perderse en su propia cabeza, extraviar un poco de claridad, pero estaba en todo su derecho, tres de sus amigos podían morir, y él sabia mucho de situaciones de muerte, por la dama, él tenia mas habilidad de manejar el miedo que ellos.

Un corrientazo de energía nerviosa lo hizo mirar a Viktor, se veía tan confundido y apagado, congelado, y es que él había visto esas escamas rojas, él sabia, más que todos ellos, que era verdad, se enfrentarían a un dragón.

-Estarán bien, todos ustedes- Comenzó a decir uno de los gemelos, intentando ocultar en temblor de su voz, después de mucho, más fuerte que un susurro.

-Si, nuestro hermano Charlie, un domador de dragones, nos dará información- animo el otro, apretando suavemente la mano que tenia en el hombro del campeón de Hogwarts

-Eso servirá, encontraremos lo necesario- continuo el otro gemelo, separándose de los otros dos en busca de pergamino, tinta y pluma.

-No es necesario, ya le escribí- interrumpió la suave voz de Harry, sin mirar a nadie en particular, pero deteniendo su caminata -debería enviar una respuesta pronto- agrego.

-¿Por que te preocupas entonces? Ya tenemos respuestas- pregunto Alicia en voz baja, dudosa y ligeramente frágil.

Harry negó de inmediato, un movimiento lento y descuidado que se hacia más firme, su magia tornándose más fuerte a su alrededor -No, tenemos posibles respuestas, respuestas que pueden que no llegue o no sirvan, es peligroso, no puedo simplemente calmarme- admitió en una voz baja, segura y cuidadosa, antes de seguir caminando.

-Pero es mejor que nada- agrego Katie temblorosa.

-Si- suspiro Harry, pensativo, antes de dirigirse a tomar su bolso y comenzar a salir al aula abandonada en donde todos se habían reunido al encontrarse.

-¿A donde vas?-Pregunto Fred mientras tomaba su bolso al igual que Neville, su hermano se quedaría cuidando a Cedric, ellos mientras acompañarían a Harry como habían acordado antes, sin siquiera pestañear o dudar de algún modo. 

-Biblioteca, comenzare a buscar hechizos, cuando ellos salgan del trance podrán comenzar a practicar, así estarán más seguros- explico Harry rápidamente sin detener el ritmo, dejando el salón atrás.

Sus hermanos no de sangre asintieron en comprensión y no dijeron nada, conociendo de él lo suficiente como para saber que deseaba un momento de silencio para pensar, era suficiente con su cerebro volviéndose confuso incluso con lo poco de oclumancia que ya sabia.