capitulo 21

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A pesar que ya debería acostumbrarse, se sintió perdido y confundido cuando lo primero que entró en su visión fueron unas centellantes luces blancas.

Fueron varios parpadeos pausados y una magistral habilidad de ignorar dolores de cabeza lo que le permitió a Harry concentrarse en su alrededor después de lograr sentarse.

Primero reviso tener las gafas puestas, no sea que fuera como la otra vez, que veía borroso incluso con ellas y había parecido un tonto, o mejor dicho un distraído ignorante, cuado busco a tiendas algo que no encontraría allí.

Para su deleite, no las llevaba puestas, si no que se encontraban en un pequeño armario blanco que reconocio demasiado rápido, era confirmado, estaba en el ala de hospital.

Con sus ojos extra en su lugar y unos estiramiento, las memorias de la noche anterior hicieron muestra de presencia y aclararon su tormentosa mente, dándole una clara indicación de que hacía allí.

Quedó congelado unos minutos, atónito al notar por fin todo el dolor que al parecer su propia magia había provocado, si las conversaciones de las chicas era algo en que pensar, y todo lo que había pasado por evitar el torneo.

Su memoria estaba perdida, incluso si recordara algunas cosas, él había pasado mucho tiempo durmiendo, dormitando, escuchando borroso o intentando ver más que sombras, así que al final no podía rescatar nada de los últimos días.

Luego del shock llegó la vergüenza, sintió el calor en sus mejillas y no pudo mantener la cabeza en alto, no con lo que sabía.

Después de tanto, de todo lo que había vivido, nunca pensó que le pasaría algo así, incluso podía identificar en si mismo un poco de orgullo herido.

Que una enfermedad lo derrumbaría asi, después de años de hacerse fuerte por el maltrato, en serio, podía trabajar sin comer por días e incluso con huesos rotos, pero una debilidad desconocida en su cabeza lo tiraba en cama y lo hacía agonizar durante horas, realmente estaba avergonzado.

Él era muy fuerte antes ¿Era por decidir ser delicado? No, eso era una ridiculez, tanto que por muy poco recomendable que era, no pudo evitar resoplar, hasta el más fuerte de los caballeros podía ser delicado o caballeroso sin perder nada de fuerza, el simple pensamiento era de lo más erróneo.

Personalmente prefería delicado, era manejar emociones, ser prudente y observador, también mantener buenos modales, mientras caballeroso solo era tratar con amabilidad a una dama y luego tomarla con brusquedad para salir corriendo encima de un caballo.

O tal vez no, muchas historias ademas dolor de cabeza y vacíos de memoria no era recomendable tener antes de buscar explicaciones, pero daba igual en esos momentos.

Al final era lo mismo, por muy caballeroso, delicado o incluso femenino que fuera no perdía su fuerza, él sabía bien que varias mujeres podían mantener una gracia sin igual mientras masacraban verbalmente a alguien o cargaban algo pesado, por lo que eso no disminua nada de fuerza.

Tal vez tenía que ver con sus antiguos amigos, el solo pensar en ello aún le creaba un nudo, por mucho que supiera que su mejor decisión fue alejarse de ellos.

Pero no podía culparse ¿O si? Después de todos ellos fueron las primeras personas que lo quisieron, que el conoció, claro que estaban su madre y su padre, y las cazadoras y los gemelos y Sirius, pero Ron y Míone habían estado allí antes, lo habían escuchado, lo habían aceptado, habían sido las primeras personas en quererlo...o eso creía.

Aún esa realidad era demaciada difícil de tragar, lo estaba aceptando poco a poco, tomando esa gran pastilla por pedazos; burlarse de ellos y ver las bromas y burlas de los demas ayudaba en eso, pero aún así había un dolor en el pecho que no se provocaba por cualquier otra cosa que no fuera traición, una muy dolorosa traición.

Buena esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora