capitulo 4

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Al día siguiente antes de seguir leyendo, su tía Petunia tocó la puerta y decidió que ya se había aburrido de cocinar y que era su turno.

Y mentiría si decía que no quería leer sobre decoraciones de cabello de metal y bronce y luego sobre sombreros, hasta el nivel de casi negarse a ir, pero luego recordó que no quería ganar ningún castigo ese año, así que se dio prisa y bajo a cocinar en el silencio que sus tíos siempre esperaban de él.

Comenzó a cocinar con facilidad por la costumbre, su tía no le dirigió otra mirada, pero tampoco le insulto, en su cabeza solo estaba en terminar para no ser castigado y hacerlo rápido para seguir leyendo.

En algún momento sintió la mirada de su tío, pero al no verlo fallar solo se retiró, eso estaba bien, tal vez si lograría ser más bonito este año y podría sobrevivir estas vacaciones.

Desde ese momento su rutina cambio inevitablemente.

Sintió nuevamente un escalofrío por la noche fría, había trabajado toda la mañana; cocinado el desayuno, sacado el polvo, limpiado los tapetes, pintado la cerca, quitar la maleza, organizar el cobertizo, barrer todas las habitaciones, trapear todas las habitaciones, sacudir todos los cuadros, pulir los platos de decoración de Petunia, y la cena

Y aún así, con todo el cansancio encima, no podía dormir.

Ellos habían salido, por eso la lista de tareas por hacer era larga, pero no había tenido interrupciones, así que estaba bien, aunque al final no tanto.

Hacer el trabajo en silencio solo le ofreció el momento perfecto para pensar, había vuelto a pensar en Sirius, podía amenazar a sus tíos con su padrino, después de todo en el mundo muggle era un criminal, así que no había mucho problema en eso.

Bien, ya había encontrado una salida de descanso, y descanso sería no tareas, y no tareas significaba no castigos, así no saldría lastimado y podría ocuparse en como ser más bonito.

Tal vez cepillando su cabello o cociendo las ropas de Duddley para tapar los huecos y ajustarla a algo parecido a su medida; allí fue cuando sus pensamientos tomaron otro rumbo.

Se dio cuenta, que le gustaba ser femenino o mejor dicho delicado, en realidad, le encantaría ser completamente delicado, así como esa hermosa muñeca que admiro una vez.

Apartó los pensamientos para terminar sus tareas pero, después de la cena ya no habían más tareas, sus tíos comieron y lo mandaron a su habitación después de lavar la cocina, incluso se le había olvidado contarles sobre Sirius con tantos pensamientos

Y ahora, a pesar del cansancio, su cabeza se estaba comiendo lentamente, lo hacía hace horas, llena de pensamientos y culpa de por qué ser femenino sabiendo que era hombre, y apesar de amar su pelo largo, casi se lo corta

Pero ahora, a las 3 a.m., había comenzado a pensarlo con un poco más de calma; ya había visto una que otra vez un chico que era así, la primera vez que vio alguien así su tío les gritó fenómenos...le grito a alguien más.

Se había sorprendido que alguien además de el fuera fenómeno, en ese momento no sabía que le decían así por la magia.

Pero al final el ya era un fenómeno, no iba a cambiar mucho; y en cuanto al resto, no podían quitarle la magia.

Tomo un suspiro y termino de pensarlo todo, ya era hora de usar la carta de Sirius como su padrino defensor, necesitaba estar a salvo, y si no se lastimaba entonces podría cuidarse mejor, él ya había decidido ser bonito y nada lo iba a evitar, no por ahora.

Y si quería ser bonito, no solo servía estar a salvo y sin mas heridas, tenía que tener tiempo para él, para arreglar su ropa y cepillar su pelo, para poder cambiar.

Buena esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora