"Actitud de niño"

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Ola gente bella, perdón por desaparecerme así ah-

Sin más que agregar, voten y comenten(◍•ᴗ•◍)❤

Cap 30.


— Ya Moscú, deja de seguirme -. Pidió cansando Caracas mientras se servía un vaso con agua.

— Pero... Te puedes lastimar -. Murmuró este, atento a cualquier movimiento en falso que pudiera perjudicar la estabilidad física del caraqueño.

— No me va a pasar nada vale -. Se quejo este -. Deja el fastidio.

Moscú sintió una fuerte opresión en el pecho al oír las palabras del de orejas de león.

— ... -.

El más bajo en estatura al darse cuenta de lo que dijo, y conociendo al ruso, sabía que este se lo había tomado a pecho.

Y sus sospechas se afirmaron en cuanto vio como el moscovita se daba medía vuelta y empezaba a caminar lejos de el.

— Moscú -. Lo ignoraron -. Coño Moscú -. Volvió a llamar seguiendolo con algo de dificultad por la herida en su pierna -. Epaaaaa.

El moscovita se dirigió hacia una de las habitaciones que estaban en la plata baja, está se encontraba vacía.

Antes de Caracas se adentrará junto a el al cuarto este le cerró la puerta en la cara.

— No si. Nawebona -. Murmuró este -. Moscú abreme la puerta -. Exigió.

Nadie le contesto.

— Si no me abres voy a tumbar, te lo juro por Venezuela -. Advirtió.

Nada.

Suspirando se preparó para empezar a tocar la puerta a lo dedgraciado, pero una voz detuvo su acción.

— ¿Que pasó enano? ¿Tu novio se molestó? -. Pregunto burlón Washington.

— Que te importa sifrino -. Gruño Caracas empezando a tocar la puerta -. Mira ruso abre esa mierda -. Si no lo hacia en los próximos dos minutos si que iba a derribar la puerta.

— Pues entérate de que si me importa, no voy a permitir que le prestes más atención de la que el se merece -. Decreto acercándose sigilosamente hacia Caracas.

— ¡Abreme! -. Exigió elevando más su voz.

— Voy... -. Dijo el eslavo dándose por vencido, sabía lo terco que podía ser el mayor.

Ninguna de las dos capitales que se encontraban afuera lo escucharon.

— Mírame cuando te hablo -. Dijo Washington mientras le daba la vuelta, lo pegaba contra la pared y lo sujetaba de las mejillas.

Sus caras estaban demaciado cerca así que fue inevitable que en cuanto Moscú abriera la puerta y viera esa escena no lo malpensara.

— ... -. "No tengo porque estar aquí..." Pensó sintiendo como una nueva opresión en el pecho se abría paso.

Con ese pensamiento en mente cerró con calma la puerta, está al momento de impactar hizo el típico sonido de cierre, llamando la atención de las otras capitales que no habían notado que Moscú salio del cuarto.

— I see you are done with your tantrum as a child -. (Veo que has terminado con tu rabieta de niño) comento serio mientra,s se separaba del caraqueño que solo estaba inmóvil.

— Отъебись -. (Vete a la mierda) le dijo para pasarle por un lado mientras chocaba sus hombros.

— Y-yo -. Tartamudeo por el shock.

Tanto así que aflojó su agarre. El moscovita no desaprovecho está oportunidad y termino de safarse, siguiendo su camino hacia el gran patio.

— ¿Estás bien? -. Pregunto con genuina preocupación el americano al ver como el más bajo se quedaba paralizado.

— A ti que te importa -. Le escupió -. Este mamagüebo a mí no me va a dejar hablando solo -. Gruño refiriéndose al ruso -.

Pegó una mini carrera en dónde al estadounidense no le dió tiempo de reaccionar y cuando lo hizo, fue muy tarde.

— ¡AAAAH! -. Se quejo callendo al suelo.

— ¡Caracas! -. Exclamó corriendo en su ayuda.

El eslavo al oír los gritos se volteo y lo que vio hizo que se sintiera verdaderamente culpable.

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Rusia ya había acabado de encerrar debidamente a los "prisioneros".

Curiosamente está situación le recordaba a los Gulag.

Aunque, nadie en este lugar estaba forzando a nadie a "trabajar", ni mucho menos eran las mismas circunstancias ni las mismas razones.

Era parecido pero a la misma vez tan distinto.

Bien, tenía que dejar esos pensamientos, le recordaban a su padre.

No quería hacerlo, el solo hecho de pensar en él le repugnaba. Encerio que fue una horrible persona, tan... Desagradable.

Sin darle más vueltas al asunto siguió su camino en dirección al cuarto del venezolano.

Tenía entendido que el se encontraría en ese lugar siendo atendido por el americano mayor.

Mientras se dirigía hacia la planta algo escucho unos leves gritos, pero no le prestó atención; era algo común escuchar gritos si estabas en la casa de Venezuela.

O de alguno de sus estados.

Sonrío sin darse cuenta, le era muy gratificante pensar en lo ruidosos que podrían llegar a ser.

Era gracioso ya que el odiaba los bullicios.

Por andar perdido en sus pensamientos no se dió cuenta de que ya estaba en frente de la puerta de la habitación del caribeño.

Regañandose mentalmente procedió a abrir lentamente la puerta.

Bien, el se esperaba ver una ecana típica de caundo alguien está vendando o curando a otro alguien, no eso de lo que fue testigo.

Pudo escuchar una pequeña parte de las palabras de USA, por segunda vez sonrío inconscientemente.

— Así me gusta -. Murmuró al momento de cerrar la puerta.

No los iba a interrumpir, esperaría unos minutos para entrar y decirles lo que tenía planeado desde un principio.

Obviamente no iba a quedarse allí parado como el propio imbécil, bajaria a la sala y ya luego volvería a subir.

Con eso en mente se dirigió nuevamente hacia las escaleras.

Pero inesperadamente se topó con alguien que...

— Épale rusky -.

Inevitablemente aceleraba su pulso.

...

Pussy e' your motherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora