Vas a vivir

127 15 0
                                    

CAPÍTULO 8

Darwin.

-¿Cómo vas con el plan de quitar los pétalos de tu florecita, eh?

Cierro los ojos y coloco mis brazos sobre la mesa, mordiendo mis labios.

-Cállate, Keaton. No estoy para tus bromas-murmuré, soltando un suspiro lleno de cansancio.

Callum se preocupó y Asher dejó de tomar atención a un dispositivo medio raro de color azul, para mirarme. A decir verdad, Asher siempre tenía algo nuevo en sus manos, además de ver sus ganas de aprender más sobre este mundo.

El infeliz ya había probado el placer momentáneo.

Eso me puso de mal humor.

A mi no me dejaron usarlo, ¿Por qué a él si? Callum estaba completamente feliz con sus parejas. Tenía una sonrisa dibujada en sus labios, demostrando felicidad pura. Se parecía a esos gilipollas de los comerciales, me aburría.

Mentira, no lo hacía. Tenía envidia porqué él podría tener hasta una eternidad si pudiera con sus chicas, ¿y yo? No.

-¿Qué tienes, Darwin? No te noto feliz aquí... ¿Ella te ha hecho algo malo?-me preguntó, surrando cómo si decirlo fuera un pecado.

-¡Claro que no! Al contrario, yo soy el imbécil que la hace sentir mal, la desanima. Soy un imbécil, pero estoy aclarando las cosas antes de que ella sufra mucho más cuando yo me... -interrumpí mis palabras, mirando hacia mis costados.

Silencio, Darwin.

-Cuando me... -insistió en que continuará. Asher movió las manos y me dejó en un tenso silencio.

-No puedo estar con ella-acepté-No puedo besarla, no puedo hacerla mi mujer, ni completar el vínculo-le dije, desviando mis ojos hacia ella.

Aún estaba en el mar, nadaba y salía a la superficie, dejando que sus bellísimos pezones brillarán con la luz del sol. Su piel blanca opacaba a todo su alrededor. Desde donde yo me encontraba podía verla completa, por eso mismo no dejé que ninguno de mis amigos se sentará donde yo estoy.

Keaton hizo un extraño sonido de sorpresa y me agarró el rostro con brutalidad, haciéndome ver sus ojos.

-¿Eres gay?-preguntó.

Fruncí el ceño y quité sus manos de mi cara, volviendo mi vista de un momento a ella. La que hacía que mi corazón decidiera tener un paro cardíaco.

-¿Eres imbécil? No, no soy gay. No puedo estar con ella porque me voy a morir, me moriré en algún momento, no tendré ni siquiera el tiempo para disfrutar de ella, por eso no puedo estar con ella. No quiero ilusionarla con palabras bonitas cuando me vaya y ella va a llorar por mi muerte.

¿Pero no que nos tenemos que morir de algo?

Decir todo aquello, fue como un peso quitándose de los hombros. Mi corazón se apretujo en mi pecho y me hizo sentir largas punzadas que me hicieron suspirar. No quería volver a tener una recaída como la anterior.

Cerré los ojos, evitando ver sus rostros llenos de lágrimas, llenos de lástima. Tristeza.

-¿Qué?

Dijeron al unísono.

Lamí mis labios y abrí los ojos, encontrándome con los ojos cristalizados de Callum y la mirada sorprendida de Asher y Keaton.

-Tengo una infección-confesé-En... en mi pecho, mi corazón-mi voz se quebró al decirlo.

Nunca había escuchado decir aquello, siempre fueron palabras de aliento, diciendo suavemente a mis seres queridos que iba a vivir y podría cumplir con sus deseos. Pero ahora era diferente. Yo, yo me iba a morir.

Darwin #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora