Nervios

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Capítulo 25

Merlín

¿Has visto la luna? Hermosa con todas sus facetas, no siempre esta completa, pero nunca deja de brillar.

-Te prepararé una sorpresa, Merlín-mi nombre sonando de entre sus labios, fue algo tan bello para mis oídos.

Mis cejas se arrugaron al entender lo que me dijo, me acerco a tocar su brazo y rodeo su cadera con mi brazo, viéndolo desde abajo.

-¿Por qué?

-¿Por qué no lo haría? Eres mi chica, te lo mereces.

La sola mención de "Eres mi chica" me hizo sonrojar y bajar mi cabeza llena de nervios. Mi estómago comenzó a cosquillear y mis piernas a temblar, mientras trataba de ocultar la sonrisa que era imposible de borrar.

Los brazos se Darwin se enrollaron alrededor de mi cintura e inclinó su cuerpo, acercando su rostro, dejándolo a centímetros de mis labios. Su aliento choco contra el mío, dejándome tonta ante su acercamiento.

-¿Qué haces?-pregunté.

Verlo bajar su cabeza y depositar un beso sobre mis labios y bajar hacia mi mentón, dándole un mordisco que me hizo apretar las piernas y sentir cosas extrañas recorriendo por mi cuerpo. Sensaciones nuevas.

-Por una vez, deja de preguntar y disfruta-argumentó, separándose de mí y tomando mi cadera desde atrás. Me empujó hacia el balcón con cuidado y me cubrió los ojos con su mano-Espero que te guste lo que hice para ti, mi Rojita...

Me destapó los ojos y abrí la boca.

Oh, por las estrellas. Caminé hacia la manta sobre el suelo y me acerque al balcón, agarrándome de la barandilla, dejando que el aire marino chocará contra mí cara. La frescura era lo que hacía más cálido el ambiente.

-Darwin, esto es precioso-murmuré mirando las luces que había en la barandilla de madera, las plantas decorando las esquinas y la mesa con un mantel y una rosa, que tomó suavemente él y se acercó, dando pasos lentos y titubeantes.

Mis manos me picaban por acercarme a él y rodearlo con mis brazos hasta dejarlo sin respiración. Él era tan bonito conmigo, mucho más. Nunca creí que sería así luego de casi tratarme tan mal antes, negando sus sentimientos por mí.

-Es para ti-me extendió la flor, rascando su barba.

Sonrió nervioso y desvío la mirada hacia sus pies cuando lo mire con tanta intensidad.

Quiero besarlo.

-Gracias... -dije suavemente, acercándome a él. Di un paso y otro, tras otro, apoyando mi palma sobre su hombro. La deslice hasta detenerla sobre su estómago y la cerré en un puño agarrando su camiseta, obligandolo a inclinarse ante mi baja altura. Por impulso, enrolle mis brazos alrededor de su cuello y lo atrae a mí, besando con delicadeza sus labios.

La humedad, suavidad, algo completamente nuevo y perfecto.

Me separe con la respiración agitada y apoye mi frente contra su barbilla, lamiendo mis labios con su sabor aún en ellos. Los mordí y alce mi cabeza, mirándolo.

-Te ves tan bonita-confesó, quitando un mechón de mi cabello de mi rostro, lo dejo detrás de mi oreja y me atrajo hacia él, agarrando mi nuca con firmeza.

Darwin #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora