No La Toques

98 10 0
                                    

Capítulo 20.

Merlín.

Improvisar.

Improvisar significa: Hacer una cosa sin tenerla prevista o preparada.

¿Alguna vez lo han hecho? Fingir en una situación precipitada que no estaba escrita en sus planes, quizás puede que lo hayan hecho sin darse cuenta. En este caso, yo estaba improvisando, además de dejarme llevar por mis instintos.

-Lo pagarás-susurró Ventus, mirándome fijamente. Él era uno de los mayores del gobierno Scardem.

El segundo hombre a su derecha era Frandel, segundo al mando del gobierno. Y a su izquierda, Lorden, la mano derecha de Ventus.

-¿Qué se supone que tengo que pagar? ¿Todas las torturas que me hicieron pasar ustedes? Es una estupidez tu comentario si lo miras desde mi perspectiva, Ventus-señale con burla.

Sonreí, mordiendo la esquina de labio inferior.

-Te noto muy feliz, ¿realmente crees que nos vas a ganar en el duelo?-preguntó curioso Lorden.

Sentía el sudor frío bajando por mi espina dorsal. Mis manos temblando al agarrar la espada y mi mandíbula tan tensa. Mis ojos estaban rojos, irritados e hinchados. No podía soportar nada más, quería que esto se detuviera.

Ellos no volverían a interferir en mi felicidad.

...

Fui la primera en atacar.

Estabamos en medio de un círculo, rodeados de personas que nos miraban expectantes. Me sorprendió cuando Dein me dio el puesto de consejera de su pueblo, sin embargo, eso lo hablaríamos después.

Choque mi espada contra la suya y me giré rápidamente cuando intento clavarme la punta afilada sobre mi pecho. Respire hondo, tratando de calmar mi acelerado corazón. Mis manos temblaron sosteniendo el mango duro de la espada contra la palma de mi mano y volví a girar me cuando sentí rozar la punta de otra espada contra mi hombro.

¡Por las estrellas!

Me acuclille cuando vi la espada directo en mi cara. Mis piernas temblaron cuando los tres me rodearon y me miraban, "la derrota".

No, no he perdido.

Di un paso atrás y mire a todos lados. La espada entre mis manos cosquilleo.

-Es injusto que le hagas esto a tu sobrina-murmuré, mirando a Ventus. Tragó saliva y se distrajo.

Punto para mí.

Me impulse y clave la espada en su estómago. Vi como tomaba el filo entre sus manos y sangre comenzaba a salir de entre sus labios, por último, me miró de inmediato con los ojos tan hinchados y rojos como los míos.

-Te lo merecías... -murmuró.

Asentí, poniendo mi lengua en el interior de mi mejilla.

-¿Por qué?

Los dos hombres detrás de mí, se acercaron a su gobernador.

-Mataste a mi hermano.

¿Qué?

-Yo no lo maté. Fueron ustedes los que decidieron quemar el castigo con mi madre y él adentro. Yo no fui.

-Fue tu culpa.

-¡No!

Escupió sangre y sonrió, mirando a sus hombres. Supongo que ellos entendieron el mensaje de su mirada, cuando tomaron sus espadas y me rodearon nuevamente.

Darwin #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora