Pasión

120 14 0
                                    

CAPÍTULO 13

Merlín.

Con mucha sorpresa seguí a Darwin fuera de la habitación. Me había ordenado salir del cuarto porque se estaba llenando de cursilería de gilipollas. No entendí a qué se refería, pero le hice caso saliendo del cuarto con precaución; tocando su frente y mejillas tibias.

-¿Estás seguro de que no te sientes mal, Dar?-pregunté. Él dejó de caminar, para voltearse a verme y sonreír.

Dio un paso adelante y agarró mi nuca, obligando a mi cuerpo que diera pasos hasta invadir su espacio personal. Él bajó su cabeza y me miró a los ojos, sonriendo radiante.

-Estoy bien, Rojita. Deja de preocuparte-me toco la nariz y de una rápida forma, me rodeo la espalda con su brazo y me atrajo aún más hacia su cuerpo, bajando su cabeza hasta dejar que nuestros labios se rozarán.

Su aliento y el mío se mezclaban. Su piel caliente me hacía estremecer y me puse nerviosa cuando hizo el amago de querer besarme, más no lo hizo. Jadee cuando hace eso y fruncí el ceño. De verdad quería que me volviera a besar, pero no podía aprovecharme, ya que estaba enfermo y delirante.

-Quiero besarte, tanto, tanto, Rojita-murmuró sobre mis labios. Él abrió sus ojos y me miró. Sus ojos verdes oliva chocaron contra los míos y aspiré aire por la boca, tratando de calmar mi corazón.

-Hazlo-le di el paso libre, sin embargo cuando sus labios se habían puesto en posición para besarme. Alguien entró al pasillo donde estábamos y se rió.

-Lo siento, no quería interrumpir-se disculpó Tatum, cubriendo sus ojos con su mano.

Me separé lentamente de Darwin, y quise quitar su mano que rodeaba mi cintura y me apretaba contra su torso, sin embargo fue imposible, ya que él me apretaba contra toda su masculinidad y miraba a Tatum hablar.

-¿Qué pasa, Tatum?-preguntó.

Tatum dio un suspiró y pasó una mano sobre su cabello.

-Su casa ya fue revisada, no hay ningún problema y es segura. Pueden volver a su hogar-informó.

Me tense.

¿Y si Darwin deja de comportarse así? En este momento me gustaría muchísimo que él siguiera enfermo hasta la eternidad. Estaba actuando de manera empalagosa, algo que me encantaba.

¿Estaba mal desear aquello?

-¡Aleluya! Quiero ir a mi hogar con mi Rojita. Adiosito-dijo apresurado, tomando mi cuerpo entre sus brazos y me puso sobre su hombro, como costal de papas.

Me reí cuando comenzó a bajar las escaleras torpemente y continuó caminando hasta la salida, no sin antes despedirse de los chicos que observaban todo con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Date la oportunidad, Darwin! ¡Será la mejor decisión de tu vida!-gritó Asher desde la casa.

Me sonroje y quise saber a qué se refería.

(...)

Su risa resonó por toda la casa. Él se sostuvo de la mesa del desayuno y sus ojos se achinaron cuando río por mucho tiempo. Tenía una sonrisa tan perfecta que me dejó embobada por un par de segundos.

-Eres muy linda, ¿Lo sabías?-dijo dando un paso para acorralarme entre la mesa y sus brazos a cada lado de mi cuerpo.

Mi corazón estaba martillando en mi pecho. Temí que él pudiera escucharlo retumbar acelerado solo por él. Suspiré y subí mi cabeza, mirando su barbilla.

-No lo sabía...

Mis palabras fueron interrumpidas cuando la gran mano de Darwin se posó alrededor de mi cuello. Y me sonroje. Mi pulso estaba acelerado y él podía sentirlo. Su mano rodeó mi cuello y apretó solo un poco, subiendo mi cabeza y bajando su cabeza para depositar un suave beso sobre mi nariz.

-Me gusta, me gustas, Merlín. Eres jodidamente preciosa, incluso muchísimo más que las estrellas-dio un apretón a mi cintura y me atrajo hacia su cuerpo-Tienes algo que me encanta, que me vuelve loco...-Tenía tantas ganas de rodear su cuello y besarlo, pero temí y simplemente tragué saliva mirando sus ojos-No temas. Demuéstrame todo lo que desees hacerme, yo gustoso aceptó hasta tirarme de un barranco solo por ti-Asentí con las mejillas ruborizadas.

No podía creerlo. ¿Estaba soñando? Por fin tenía a mi pareja diciendo lo que tanto había anhelado. Oh, por las estrellas.

-Yo... yo-tartamudeo y avergonzada quise bajar la cabeza, pero fue imposible por su mano alrededor de mi cuello.

-Un jour, je t'aimerai tellement que le simple fait de respirer me fera penser à toi, ma belle petite Rojita (Algún día te amaré tanto que con solo respirar me acordaré de ti, mi pequeña Rojita hermosa)-murmuró para sí mismo. ¿Qué dijo? No había entendido lo que dijo, sin embargo pensé que era algo bueno, porque su sonrisa de oreja a oreja fue lo que me cautivo-¿Vamos a la habitación?-preguntó.

Asentí sin palabras y él me soltó para guiarme hacia su habitación. Abrió la puerta y ambos entramos, chocando contra la puerta al entrar al mismo tiempo. Me reí y me sobo el brazo, di un grito cuando fui alzada en el aire y caí sobre la cama con él sobre mi estómago.

-¡Darwin! ¡Por las estrellas! Casi me das un infarto-me toque el pecho y sentí mi respiración acelerada.

Darwin se rió con exageración y se acomodo sobre la cama, rodeando mi cuerpo con sus brazos. Rodeo mis hombros y acercó su cara hacia la mía. Su aliento caliente chocaba contra mi nariz y boca, humedeciendo esa zona ante su acción. Él sonrió por inercia y me empujo sobre la cama, subiendo la mitad de su cuerpo sobre el mío, metiendo una de sus grandes manos entre las hebras de mi cabello ahora suelto gracias a él.

-Eres tan bonita-dijo, sin parar de sonreír.

Me sonroje y cerré los ojos ante las dulces caricias que recibía mi cabello. Deje de respirar de inmediato cuando los labios de Darwin se posaron sobre los míos, sorprendiéndome. Su cuerpo me empujo sobre la cama completamente y se subió sobre mi cuerpo, metiéndose entre mis piernas, mientras comenzaba a invadir mi boca con su lengua en un beso completamente lleno de fervor.

Gemí sobre sus labios cuando se empujó contra mí cuerpo y pase mis brazos alrededor de su cuello, arañando su espalda y disfrutando de su apasionante beso sobre mis labios. Él chupo mi labio inferior y lo jalo para hacerme jadear y abrir la boca, cosa que le encantó tanto que me agarro de la cintura y comenzó a moverse en círculos.

Su cadera se estaba moviendo...

Me sentí desmayar.

-Darwin-Gemí.

Su cuerpo me aplastó y no me queje cuando volvió a comenzar esas embestidas sobre la ropa. Estaba sintiendo un extraño placer ahí abajo. Un malestar que me hizo casi lagrimear de placer y sentir mis ojos llenándose de un rojo oscuro.

Pasión.

-Me vuelves loco-susurró, abriendo su boca y bajando hacia mi cuello. Chupo mi piel y apreté mis piernas cuando sentí aquella punzada de placer en mi entrepierna cuando lo volvió hacer, haciéndome gemir y jadear.

Se sentía tan placentero. Su lengua se movía tan mágica sobre mí piel, como si me estuviera pintando con ella. Mordió y succionó.

Estaba delirando.

¿De verdad tenía fiebre?

Lo sentí removerse sobre mi cuerpo, deslizando una de sus manos al costado de mi cintura desnuda y subirla hasta ahuecar mi pecho y apretarlo, volviendo a besar mis labios, tragándose mi gemido.

Apreté su chaqueta entre mis puños y abrí la boca, besándolo torpemente. Era mi primer todo, pero lo intentaba por él.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando sentí ese nudo se formó en mi vientre bajo, haciéndome llorar de placer, llorar y dejar mi cabeza atrás sin poder evitarlo. Me separé de sus labios y lo sentí repartir besos sobre mi cuello y morder el lóbulo de mi oreja. Él subió un poco sobre mi cuerpo y su mano desocupada se fue hacia donde nuestros cuerpos eran separados solo con las prendas de ropa y rozar mi feminidad con su mano caliente, para que yo pudiera explotar en un simple éxtasis que me hizo gritar y avergonzada cerré los ojos.

¡Por las estrellas! ¿Qué acaba de pasar?

Darwin #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora