Pussy e' your mother

Suéltalo.

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Cap 32.

— ¿Ya te sientes mejor? -. Pregunto en un murmullo USA, pero sin parar las caricias que le otorgaba al venezolano en la espalda.

Venezuela solo asintió.

— ¿Vas a dejar que vea tus heridas? -. Volvió a preguntar suavemente.

Lo último que quería era volver a incomodar al caribeño.

El memsinado cómo respuesta se tenso levemente.

— Sshhhh -. Intento calmarlo -. Está bien Venecia, no quiero hacer algo que no quieras ¿Está bien? -. Aclaro con una sonrisa tranquila, aunque el latino no pudiera verlo.

Duraron así unos momentos más hasta que Venezuela se armó de valor y se levantó levemente de USA para mirarlo a los ojos.

— Está bien -.

— ¿Uh? -.

El de arco de hermosas estrellas suspiró fondo una sonrisa cansada.

No respondió con palabras, en cambio se levantó completamente y se quitó de encima del estadounidense; Estados Unidos hizo lo mismo.

— ¿Qué haces? -. Inquirió.

Sabía lo que hacía, pero quiso estar seguro.

— Tengo sueño, terminemos con esto rápido -. Pidió, mientras lentamente se quitaba la camisa dejando al descubierto su piel desnuda de la cadera para arriba.

USA se quedó unos segundos observando el cuerpo del más bajo, pero sin ninguna pisaca de lujuria o algo parecido, era solo...

Curiosidad.

Pero entro en si y se levantó a buscar los materiales que necesitaria para desinfectar y vendar que estaban en el mesón, a un lado de la cama.

Cuando habían entrado al cuarto los había dejado allí.

Luego de tener todo en mano se acercó y empezó a revisar el torso, brazos y espalda.

— ¿Tan feo estuvo? -. Pregunto mientras limpiaba algunos rasguños.

— Solo eran asesinos con pistolas, no eran un reto pero por un descuido mío termine así... -. Explicó -. Jueputa, arde -. Se quejo mientras intentaba aguantar el ardor.

— Lo siento honey -. Dijo entre una leve carcajada -. ¿Te suelen sangrar con frecuencia? -. Pregunto nuevamente, refiriéndose está vez a las grietas que si bien no eran tantas, algunas eran muy profundas.

— No... -. Murmuró -. Bueno, cuando tengo una crisis suelen hacerlo, o cuando me lastimo o golpeó alguna, suele sangrar... Y dolor mucho -. Explicó simple.

— Ya veo... -. Fue su corta respuesta, no queriendo preguntar más -. Pronto no las tendrás más, te lo juro -.

Luego de esa conversación se quedaron en silencio.

— Listo -. Avisó Estados Unidos culminando su acción de vendar las heridas de su torso y pierna.

Está satisfecho con su trabajo.

— Gra-

— ¡Venezuela! ¡Washington y Moscú se están matando! -. Se escuchó un grito a lo lejos de Vargas.

— ... -.

— ... -.

— Al parecer lo de dormir tendrá que esperar... -. Lloriqueo Venezuela.