Capítulo 10

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Capítulo 10. Juegos +18

Jeremiah Greythorne

16 de diciembre 2019

Yo no era un santo.

Todo lo contrario, en el bufete era considerado cruel, soberbio, amargado e incluso corrupto porque cuando se trataba de pruebas no importa lo que tuviera que hacer para conseguirlas, sin embargo, tampoco es como si llegara a actos severamente ilegales.

Sin embargo, sin importar cualquiera de esas definiciones sobre mi —en la que ninguna era considerado bueno—, ella estaba aquí, arrodillada frente a mí, mirándome fijamente entre sus pestañas, con los labios entreabiertos como se lo pedí; esperando por mí.

Sasha era una caja de sorpresas, por supuesto que estaba tan sorprendido como excitado por esto, ni siquiera sé cómo llegamos a este punto, pero la tensión y el deseo entre nosotros es evidente desde ese beso en la biblioteca. No era tímida en lo absoluto, no se avergonzaba por ser clara con cada cosa y era una grata sorpresa que fuese así pues yo odiaba los malentendidos por falta de comunicación cosa que podría ser irónico para ella que suele quejarse de mi falta de comunicación.

Inclino mi rostro hasta atrapar su labio inferior entre mis dientes y ella gimotea contra mi boca, sus manos suben a mis muslos y las yemas de sus dedos se aprietan allí, las desliza más allá hasta alcanzar mi cinturón y deshacerlo, hundo mi lengua en su boca y ella jadea, escucho la fricción de su piel contra el suelo y casi puedo adivinar que aprieta los muslos. Eso me desarma.

Todavía puedo escuchar sus gemidos, sus jadeos y si me concentro lo suficiente podría sentir sus dedos tirando de mi cabello, la bonita manera en que se arqueaba su espalda mientras mi boca estuvo entre sus piernas hace que mi entrepierna se tense más contra mi ropa.

Sasha deshace el botón de mis jeans y baja el cierre, luego aleja su boca de la mía y me empuja hasta mi espalda descansa contra el respaldo, relame sus labios conta respiración agitada tirando de las solapas de mi pantalón, alzo las caderas dándole espacio para cumplir su cometido y casi podría reírme cuando sonríe alzando las cejas y bajando la vista hacia mi entrepierna.

—Que quede claro que no te considero un juguete, Greythorne—Arqueo una de mis cejas mientras la veo deslizar su palma frotando la silueta de mi miembro por sobre el bóxer, siseo apretando mis dedos entorno a los reposabrazos de la silla—. Pero a veces es interesante jugar, contigo puede ser bueno—susurra sin perder mucho empuja el borde superior del bóxer hacia abajo liberando mi erección y tomándome en su mano, envuelve sus dedos entorno a mí con suavidad y ahogo un gruñido cuando su mirada se oscurece.

—¿Es así?

—Si, pero...hay un pequeño detalle—Presiona un beso húmedo en la punta de mi miembro antes de pasear su lengua alrededor, echo la cabeza hacia atrás soltando un suspiro áspero—. Yo no sé hacer esto, así que necesito que me guíes—Toma una de mis manos llevandola a su cabello, bajo la vista encontrando una sonrisa juguetona bailando en sus labios, entonces no sé si lo dice seriamente o si solo está tratando de matarme esta noche—. De todas formas, dijiste que follarías mi boca así que estoy esperando ¿O te estás arrepintiendo?

—¿Crees que este es un punto en el que puedo arrepentirme? —Sonríe cuando hundo mis dedos en su cabello, sus dedos se deslizan de arriba hacia abajo acariciándome sin dejar de verme a los ojos, muerde su labio inferior y se encoge de hombros.

—Uno nunca sabe, Greythorne—Podría rodar los ojos, en su lugar tiro de su cabello atrayendo su rostro y ella abre la boca dándome entrada sin dejar de verme entre sus pestañas, empujo su cabeza hacia abajo cuando sus labios envuelve la punta y me deslizo en el lugar cálido y húmedo que es su boca, un gruñido se aloja en mi pecho cuando dejo de empujar su cabeza y aun así ella continúa acogiéndome hasta que puedo sentirme tocar su garganta.

El motivo de Sasha ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora