Capítulo 30

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Capítulo 30. Es un trato.

Jeremiah Greythorne 


15 de enero 2020

Nunca he sido fanático de lo dulce.

Sin embargo, parece que suelo rodearme de gente que es adicta a ello, es por eso que Ashley ahora corta con su tenedor un trozo de crepe de chocolate del plato en su regazo, sobre mi escritorio frente a ella hay otro plato con pastel de almendras que suele ser su favorito.

—Astrid me dijo algo.

—Pensé que todavía no hablaban—murmuro mientras entrecierro los ojos hacia la pantalla de mi portátil.

—No lo hacemos, ella cree que todavía puede contarme chismes y yo los recibo, aunque no le hable—Se encoge de hombros, arqueo una de mis cejas—. Es sobre...

—Layla, apuesto a que te dijo lo que dije la última vez que hablamos—Mi hermana se encoge de hombros comiendo otro trozo de su postre.

—Discúlpanos por querer saber, pero ambos sabemos que Layla es parte de la familia—ironiza, presiono mis dedos en el puente de mi nariz.

—Si fuera "parte de la familia" no hubieran querido que siguiéramos juntos, eso sería incesto.

—Si entendiste lo que quise decir—Rueda sus ojos—. El punto es ¿Por qué no nos dijiste?

—¿Por qué tenía que decirles? —reviro y ella suspira hundiendo sus hombros.

—Lo sabes bien, dejaste que solo pensáramos que la separación había sido por ti y porque ella ya no soportaba la soledad—Me encojo de hombros moviéndome en la silla giratoria hasta alcanzar el archivador en el suelo. Rebusco entre las múltiples carpetas azules hasta dar con el apellido que necesito.

—No era necesario hacer esto más grande de lo que era, no necesitaba que mamá o ustedes tratara a Layla de otra manera solo por eso, tampoco es como que ella fuera la única responsable de la ruptura—murmuro volviendo a mi lugar, tomo uno de los bolígrafos distraídamente y antes de escribir noto que no es azul, es rojo.

Eso definitivamente no es mío.

Siento mi ceño fruncido suavizarse y apenas puedo evitar una sonrisa antes de dejarlo nuevamente en el portalápices.

—No, pero no puedes comparar algún descuido de tu parte con una infidelidad, Jeremy.

—Ashley, por favor, dejen de darle tantas vueltas a esto, terminamos hace demasiado tiempo como para que todavía sigan hostigándome como si yo fuera a meterme en su compromiso, no son niñas por Dios—Ella suspira nuevamente y cuando termina su plato lo arroja a la papelera al lado de mi escritorio porque es desechable, probablemente compró todo en la cafetería que está a dos calles de aquí, incluyendo el café que ya casi terminé.

—Hubiéramos cortado esto de raíz si hubieras sido claro desde el principio.

—Lo único que debe haber claro es que tengo veintisiete años, no necesito pedir permiso o informarles todo sobre mis relaciones, si, entiendo que el hecho de que Layla sea importante en la familia las hiciera querer que estuviera conmigo, pero eso ya pasó, dejen el tema, joder—Presiono mis dedos contra el tabique de mi nariz y ella alza sus manos rindiéndose.

—Astrid ya está haciendo sus maletas—cambia de tema tomando la cuchara para comenzar a comer el pastel. Ni siquiera ha bebido agua, pero ella no tiene problemas en atiborrarse dos dulces seguidos—. Lo cual es irónico porque faltan casi dos semanas para irse.

El motivo de Sasha ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora