Capítulo 35

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Capítulo 35. Perdido

Jeremiah Greythorne 


15 de febrero 2020

Los cambios son confusos.

A veces suceden gradualmente o en cambio demasiado rápido como para que nos demos cuenta, a veces son repentinos, fugaces y apenas podemos notarlo.

El cambio con Sasha ha sido de los que apenas te das cuenta cuando sucedieron, ni siquiera entiendes de donde salió solo sabes que sucedió, no lo entiendo y no sé qué hacer para obtener una respuesta a mis preguntas sobre esto.

El viaje a Keaton city resultó completamente diferente al anterior, Sasha estuvo dormida la mayor parte del tiempo, no me molesto por ello, de hecho, me sorprende que no estuviera durmiendo también en el bufete, las pesadillas no se detienen y parecen cada día peor lo que ha hecho que las ojeras se profundicen en la palidez de su rostro.

Sin embargo, la otra parte del tiempo en el camino a Keaton estuvo despierta, pero ausente, apenas habló y solo para responder cualquier cosa que preguntara.

Ha sido así los tres días que han pasado desde que discutimos su seguridad, se ha hundido en su trabajo en el bufete de tal manera que apenas la veo, entiendo su punto sobre sentirse encerrada o limitada de esta manera, pero no es algo por lo que vaya a retractarme, tiene un guardaespaldas ahora, Rowan, y creo que esa es la razón por la que prefiere mantenerse ocupada.

Sasha es sumamente independiente de cualquier manera en que lo analices, tener que estar alerta, tener un guardaespaldas pisando sus talones y el hecho de que su hermano y yo estemos pendientes de cualquier paso que da la ha estado molestando, la irrita, pero no estoy dispuesto a retroceder en ello por ahora.

Llegamos a Keaton antes de la medianoche como me pidió mamá porque tiene esta manía de encender velas en el pastel de cumpleaños justo cuando este comienza, su entusiasmo para la extraña canción para papá es divertido, no corta el pastel porque dice que es muy tarde para ello, pero obliga a mi padre a apagar las velas como si fuera algún niño pequeño y Thomas Greythorne hace cualquier cosa para complacerla.

Eso fue hace más de una hora, en este momento la casa está completamente silenciosa mientras camino por el pasillo en busca de Sasha, salió de la habitación hace ya un buen rato, supuse que vendría a la cocina o la sala donde solía encontrarla cuando vinimos en navidad, la primera opción es la correcta.

Se sienta en uno de los banquillos de la barra mientras observa el celular en una de sus manos, escucho los diálogos por lo bajo lo que significa que probablemente está viendo algún episodio de su serie favorita, con la otra mano aprieta sus dedos alrededor de un vaso vacío hasta que sus nudillos se han tornado inusualmente blancos.

—Belova...—Tarda unos segundos antes de mirarme expectante, suspiro acercándome, recargando mis codos sobre la barra me inclino para mirarla—. ¿Todo bien?

—Si, solo...no puedo dormir—Alza uno de sus hombros restándole importancia, ya ni siquiera parece importarle que sea así.

—¿Por qué?

—La última vez que dormí aquí...—Casi había muerto asfixiada por culpa de mi hermana, no lo dice, pero puedo sentir la respuesta flotando entre nosotros porque es la verdad, aprieta sus labios observándome atentamente como si creyera que hablar de Astrid va a molestarme, lo cual es extraño porque Sasha no suele guardarse nada incluso si sabe que va a molestar.

El motivo de Sasha ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora