Capítulo 36

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Capítulo 36. Desagradable rompecabezas.

Sasha Belova



15 de febrero 2020

Horas antes

Había pensado que dormir en Keaton sería más fácil. Contando con el hecho de que no se supone que alguien sepa que vengo aquí, eso debería haber sido una distancia entre Kieran y yo que me hiciera sentir segura. Estaba equivocada.

Ahora mientras observo en la oscuridad el rostro dormido de Jeremiah sé que no podré dormir demasiado y sobre todo no quiero hacerlo, de manera inconsciente tal vez estoy evitando dormir porque he odiado devolver el estomago luego de cada pesadilla los últimos tres días. Es un cansancio físico y mental que quiero evitar con mucha fuerza, pero tampoco puedo sobrevivir sin dormir.

Jeremiah se mueve inclinándose un poco más sobre mí, escondiéndome contra su pecho, lo cual debería ser un indicador de que no está tan dormido en realidad porque él no suele moverse mientras duerme. Es un poco inquietante que la única manera en que sé que solo está dormido y vivo es por su respiración.

—¿No vas a dormir en lo absoluto? —cuestiona su voz adormilada, se aleja un poco para verme, está oscuro, aunque la luz del baño está encendida y la puerta de este se encuentra entreabierta porque así la dejé cuando volvimos de la cocina hace pocas horas.

—No puedo—murmuro, él suspira llevando sus dedos a mi cabello, quiero decirle que eso no va a hacer que me duerma, pero es agradable.

—¿De verdad no quieres tomar nada? No puedes estar tanto tiempo sin dormir, Belova.

—Cuando volvamos hablaré con el médico para que me prescriba algo.

—¿Y ahora? ¿Vas a estar dos días más sin dormir? —Muerdo mi labio inferior sin responder a eso, en cambio alzo la vista hasta que su mirada se clava en la mía—. ¿Qué tal un té? —Me encojo de hombros, sin embargo, me doy cuenta de que lo pregunta porque realmente tiene la intención de hacerlo, presiona un beso sobre mi coronilla antes de ponerse de pies y salir de la habitación, resoplo cubriéndome con las sábanas hasta las orejas mientras espero. No tarda demasiado en volver, me siento en la cama tomando la taza que me extiende y se queda la otra.

—Espero que eso no sea café a estas horas—señalo su taza arqueando una de mis cejas.

—Aunque te sorprenda también tomo otras cosas, Belova—Abro la boca fingiendo sorpresa y él ríe sentándose al borde de la cama, apoya una de sus manos al otro lado de mis piernas extendidas dejando que su peso descanse en ese brazo porque se encuentra inclinado, su rostro muy cerca del mío.

Presiono mis labios contra el borde de la taza dejando que el vapor golpee mi nariz, el aroma de la manzanilla inundando mis fosas nasales, la soplo un poco antes de tomar un trago.

—Lamento arruinar tu sueño—murmuro luego de unos segundos, se encoge de hombros.

—Lamento que no puedas dormir—Bebe de su taza y yo bajo la vista a la mía envolviéndola con mis manos en mi regazo.

—No siempre fue así—suspiro—. No siempre tuve pesadillas luego de la muerte de papá, la mayor parte de la época navideña si evitaba la cama por ello, pero no eran tan continuas hasta que regresé a casa de mamá la última vez, creo que me afectó ver que mamá seguía su vida normal con Warren y yo seguía estancada en lo que había sucedido con él y su hijo en el pasado—termino llevando una mano a las cadenillas en mi cuello.

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