Capítulo 20

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Capítulo 20. Malas intenciones

Jeremiah Greythorne 


28 de diciembre 2019

Sasha duerme a pesar de que ya es bastante tarde en la mañana y ella suele despertar temprano, su reloj biológico normalmente la hace estar de pie cuando el sol sale. Otra cosa extraña es verla dormir en la cama, supongo que lo sucedido ayer y pasar casi la mitad de la noche en el hospital la dejaron lo suficientemente agotada como para que no luchara contra eso cuando se despertó de su pesadilla hace pocas horas.

Atrapo un mechón de su cabello entre mis dedos sin rozar su piel, su sueño suele ser bastante ligero y esta noche no ha sido el mejor. Inclino mi cabeza sobre mi mano alzada mientras recargo el codo en la almohada al lado de la suya, ella suspira inclinándose hacia mi y su nariz se hunde en mi pecho.

Desde el primer momento en que la vi supe que Sasha sería un problema para mí, no bajaba la vista, respondía mis demandas, era autoritaria incluso conmigo, demandante y poco tímida, desde el primer momento supe que intimidarla no era la solución a ningún problema porque ella no caía en eso y de paso ella buscaba algo de mí.

Al principio lo había interpretado como atracción hacia mí, con el tiempo me di cuenta de que ella solo buscaba ser mi amiga en esa forma extraña que tenía, digo, todavía no conocía ningún abogado con la actitud demasiado feliz que ella solía tener.

Suspiro, esta es al menos la tercera vez que dormimos juntos y la primera que dormimos ambos en la misma cama, sin embargo, también la última porque ella se irá.

No quiero que se vaya, pero tampoco puedo obligarla a quedarse.

Paseo mis dedos por sobre su frente empujando los mechones de cabello lejos de su rostro, suelta un suspiro bajo cuando mi dedo roza la piel de su mejilla y luego se remueve, una de sus manos se mete bajo mi camiseta y la otra descansa bajo su almohada, arqueo las cejas, aunque parece que sigue dormida. Vuelvo a empujar su cabello lejos de su rostro cuando se remueve y alcanzo a ver su nariz respingona algo rojiza, hay un golpe en su frente que probablemente fue producto de los hielos en el agua y casi quiero levantarme para ir a hablar con Astrid.

Recuerdo verla en la nieve, luchando por respirar, temblando y la manera en la que sus dedos de las manos se habían tornado morados por la falta de circulación que el frio estaba causando en ella, recuerdo su pesadilla anoche y la manera en la que se culpa por la muerte de su padre, recuerdo su llanto en el auto hace varios días y no sé qué hacer para evitarle todos esos recuerdos.

No hay algo que pueda hacer y me encuentro mucho más que enojado por la acción de mi hermana cuando Sasha ya tiene demasiado con lo que cargar en estos días.

—¿Greythorne, vas a seguir mirándome? —murmura adormilada, la miro ahogando una sonrisa cuando sus párpados se abren y me enfoca abriendo mucho los ojos, luego gira sobre la cama tomando un amplio respiro como si estuviera completamente aliviada de poder respirar bien sin la mascarilla, no la culpo por ello.

—Mientras siguieras durmiendo.

—Eso es muy acosador de tu parte—murmura antes de volver a su posición inicial encajando su cuerpo contra el mío, una de sus piernas entre las mías, uno de sus brazos rodeando mi abdomen por debajo de la camisa y su rostro contra mi pecho, aspira y yo inclino la cabeza presionando un beso en su sien.

—Es tarde, Belova.

—¿Qué hora es?

—Casi las diez—mascullo, envuelvo mi brazo a su alrededor y resulta mucho mas que satisfactorio esconderla contra mi pecho.

El motivo de Sasha ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora