Bad Boy -- KOOKMIN

capítulo 14

Salí del ascensor como si fuera una exhalación, jamás había caminado tan rápido como lo había hecho ahora. Al llegar a mi departamento tome el pomo en mi mano y la gire, abriendo la puerta.

-¿Mamá, papá, que hacen aquí? - cerré detrás de mí la puerta.

Mi padre estaba mirando hacia la ventana, observando la vista, mi madre, ella miraba y removía las cosas que tenía puestas en la pequeña mesa de noche, fruncí un poco el entrecejo. Ella me miró de inmediato, enderezándose en la cama, donde estaba sentada.

-Jimin, tienes mucho que explicar - mi madre se acercó a mí.

-Pero antes, mamá, ¿Qué hacen en mi habitación? - caminé hacía la mesita de noche, acomodando lo que, por accidente, mi madre había tirado.

-¿Cómo que qué hacemos? Esperarte - habló de nuevo mi madre.

-Pudieron esperarme en recepción - la miré.

-¿Qué dices? -

-Digo que, ahora está es mi habitación tienen que darme un poco más de privacidad -

-¿Privacidad? ¿Para qué? ¿Para que metas a alguien aquí? - el rostro de mi madre se veía algo deformado por el enojo.

-Yo no meto a nadie aquí, mamá, yo solo quiero que respetes un lugar que no esta dentro de la casa, y que es mío -

-Claro, ¿quieres privacidad para largarte a un lugar de mala muerte? Fue por eso que no fuiste a casa el fin de semana, ¡¿qué te hemos enseñado?! -

Di un paso hacia atrás cuando ella chilló con desespero.

-¿De qué hablas mamá? - trague en seco.

-¿De qué hablo? Hablo de que alguien te vio en un antro, cuando se supone que estabas estudiando, ¿cómo hemos llegado a esto? ¿Desde cuándo nos mientes? - mi madre se acercó a mí dando pasos peligrosos.

-¿Quién te dijo esas cosas? Eso es... -

Trate de buscar una salida, nunca había visto a mi madre tan enojada, ella daba miedo. Trate de tranquilizarme y no sucumbir a la presión, pero la verdad es que quería largarme a llorar.

+-¿Esto es mentira? - mi madre sacó su teléfono y busco algo, para después mostrármelo.

Abrí mis ojos a más no poder, era una foto donde estaba yo, sonriendo junto a Jungkook, bailando. Jamás había visto una sonrisa más genuina como la que aparecía en esa foto. Alguien me había visto, pero eran pocos los que me conocían, tenía que ser alguien de mi círculo social. Alguien cercano a mí.

¡Contesta niño! - me sobresale por el grito de mi madre.

-Sí, es verdad... -

-¡Habla más fuerte! -

-¡Sí, es verdad! Yo fui a un antro, pero no tiene nada de malo, las personas de mi edad van a esos luga... -

Un fuerte sonido se escuchó en la habitación, parpadeo varias veces para poder entender lo que había pasado. Mi cabeza estaba un poco inclinada, mirando hacia otro lado. Un ardor y algo de dolor en mi mejilla era lo que más sentía, acaricié un poco mi mejilla. Mi madre me había abofeteado.

-Ir a un lugar de esos significa que no tienes respeto a tu cuerpo, ¿acaso te quieres convertirte en un prostituto? -

Mi madre se acercó a mí y me abrazó con fuerza, yo seguía en shock. Por primera vez ella me había golpeado, por primera vez yo había visto la realidad de mis padres, ahora estaba abriendo los ojos.

Me separe de mi madre mirándola aún atónito.

-Ir a un antro no es malo, porque yo no hice nada malo, solo baile y fui feliz, por primera vez fui feliz, experimente algo que ustedes me tenían prohibido conocer, la libertad. Mamá, ¿por qué no me dejaron jamás conocer la vida? -

-Claro que te dejamos, esos lugares no son para jóvenes decentes, nosotros solo queríamos lo mejor para ti- ella se alzó el cuello mirándome desde arriba.

-Eso no fue lo mejor para mí, ustedes solo me encerraron en una caja de cristal, sin ver o escuchar lo que en verdad pasaba en esta vida, pero ya no más, yo experimentare cosas nuevas y seré libre -

Y de nuevo, mi madre me había soltado otra bofetada, solo que en la otra mejilla. Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero hice todo para que no salieran, la miré con dolor.

-! ¿Fue ese bastardo quien te metió esas ideas a la cabeza?! ¡Los vi llegar juntos! ¡Ese hombre solo te está lavando el cerebro! -

-Él no ha hecho nada más que ayudarme, él no me está lavando el cerebro - apreté mis dientes un poco. - Ahora, si ya acabaron pueden retirarse, yo quiero estar solo-

-No nos iremos, nosotros estamos pagando esta escuela y esta habitación -

Suspiré con pesar, asentí.

-Bien, entonces yo me iré, jamás pensé que me echarían en cara lo que están haciendo, ya no paguen nada, yo lo haré, vendré por mis cosas después, adiós y gracias por todo -

Caminé hacia la puerta, estaba dolido, mi corazón dolía. Jamás pensé que sentir la libertad doliera tanto. Me detuve.

-Y otra cosa, gracias papá por defenderme, es ahora que me doy cuenta que mamá es la que tiene las riendas de la casa... Y otra cosa, mamá, si no fuera por ese bastardo como dices tú, yo hubiese estado muerto y violado así que no deberías de hablar así de él -

Cerré la puerta de un portazo. Corrí hacia el elevador, la puerta se abrió de mi habitación, y mi madre salió gritando cosas sin sentido, como algunas cosas que... "ya no eres mi hijo" "para mí estas muerto ya" "ese bastardo pagará las consecuencias" y más.

Yo no quería escuchar más, solo quería que parara este dolor en mi pecho, ¿a dónde iría ahora? ¿Qué haría ahora?

Quería experimentar libertad, pero todo estaba yendo mal, muy mal.