Capítulo 34

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No sé cuántos días he estado aquí, pero la razón empezaba a acabarse, mis ojosveían algo nublados este cuarto tan lúgubre. El hombre frente a mí, parecía dormirdespués de la golpiza que Agust D le dio, tenía mucha sed y mucha hambre.Después de que él me grabó y del golpe que me dio, ya no supe nada de él, no habíaentrado para nada en este lugar nos había dejado solos, tal vez ya se había largado ynos dejó aquí para pudrirnos en el olvido. Algunos truenos y el chillar del viento sepodían escuchar, seguro estaba lloviendo muy fuerte.Cerré los ojos con fuerza, los truenos me daban miedo me hacían sentir desprotegiday más aún si estaba encerrado en este horrible lugar. La puerta se escuchó de unmomento a otro como alguien entraba escuche también la particular risilla de Agust D,ya quiero que todo esto termine.


─ ¿Están despiertos? Tengo una gran noticia, hoy se acaba la pesadilla para uno deustedes ─ levanté solo un poco la mirada, él se paseaba por el lugar hasta llegar a lamesa donde había demasiadas cosas y todas de tortura.El hombre frente a mí hizo lo mismo, como podía miró a nuestro secuestrador, susojos Hinchados y llenos de sangre tal vez no le permitían ver más allá de suspestañas, su rostro empezaba a desfigurarse.─Ya no seré malo, esta vez estoy de buenas y yo dejaré en libertad a uno deustedes... Tú ─ señaló al hombre. ─ ¿Quieres tu libertad de nuevo? ─Agust D se puso en cuclillas frente a él para poder mirarlo, él pobre hombre asintióinfinidad de veces y murmurando algo, pero claro, sus labios no podían moverse porlos golpes que tenía ahí.─ ¿Si te dejo ir prometes no decir nada de esto? ─ Agust D tenía la miradacompletamente seria.


Yo tenía un mal presentimiento de todo esto, él jamás dejaría testigos a lo queNamjoon había dicho, Agust D siempre se encargaba de eso.El hombre volvió a asentir muchas veces, quería decirle que tal vez era una trampa,que había algo mal ahí, pero mis labios no se movieron y mis ojos solo mirabancansados hacia esos dos hombres.Agust D se levantó y fue hacia atrás del hombre para empezar a desatarlo, aún noveía nada fuera de lo normal, desató sus pies también, lo dejó en libertad. ¿En verdadél haría eso? ¿Dejaría a un preciado testigo tan fácil en libertad?-Eres libre de irte, pero no te ayudaré, tienes que salir por tu cuenta, ¿Entiendes? ─ elhombre asintió mientras respiraba con más fuerza.Agust D camino hacia la mesa donde se recargo y se cruzó de brazos, miró como elpobre hombre se levantaba y después caía hacia el piso, pues sus piernas no teníanfuerzas después de permanecer inmovilizados durante varios días. El pobre hombrese empezó a arrastrar hasta la salida, dejando un rastro de sangre por donde pasaba,sus heridas estaban abiertas y algunas empezaban a abrirse de nuevo. Quería decirleque parara, que no siguiera, pero mi cuerpo no hacía nada, me sentía tan cansado.Escuché algo metálico ser movido, pero mis ojos estaban puestos en el hombre quese encontraba arrastrándose hacia la salida. Agust D pasó por mi lado y se dirigióhasta el hombre, Rómulo, casi se me olvidaba su nombre, mi cerebro empezaba afallar por falta de agua.Lo que vi a continuación me hizo palidecer y vomitar bilis, pues era lo único que teníaen mi estómago.Agust D se puso encima de Rómulo, con su mano izquierda jaló su cabello haciendosu cabeza hacia atrás y dejando su cuello expuesto, ese pedazo de piel que era mássensible que nada. En la mano derecha de Agust D había un cuchillo, el cual pasó porel cuello de Rómulo, escuché un fuerte grito de dolor, ese grito lastimo mis oídos, erantan fuertes y dolorosos. Agust pasaba el cuchillo como si estuviese cortandomantequilla, una sonrisa sádica y maníaca hay en su rostro, y las fuerzas llegarona mí, no supe cómo, pero mis ojos se abrieron de par en par y grite, grite por la imagentan macabra y espantosa que estaba viendo.No sé cuántas veces hizo eso, pero lo que sí vi fue un gran charco de sangre rodear elcuerpo de Rómulo, los gritos ya no se escuchaban, Agust D me estaba dando laespalda, de un momento a otro él se levantó de donde estaba, echó su cabeza haciaatrás y suspiró después se giro y me sonrió, levantó su mano izquierda.Solté un fuerte grito asustado, mis lágrimas empezaron a salir.


─ ¡¿Qué hiciste, maldito loco?! ─pero mis lágrimas no me dejaban mirar nada yagradecía eso no quería ver más.


─ ¿Loco? Tal vez un poco, ¿Qué hice? ¿No te gusta? Es un regalo para ti ─ sonrióacercándose más a mí.


─¡No te acerques! ─ traté de retroceder pero era imposible hacerlo si estaba sentado yatado en esta silla.En la mano izquierda de Agust D estaba la cabeza de Rómulo, su rostro desfiguradopor el dolor de los golpes y por su asesinato. Solté un sollozo, gire mi rostro hacia otrolado, no quería ver a ese monstruo cargando con la cabeza de su víctima.Él soltó la cabeza de Rómulo y después con sus manos me apretó mi mentón,haciéndome mirarlo de nuevo, sus ojos eran oscuros y llenos de maldad, él podríapersonificar todo lo malo del mundo fácilmente.


─Mírame, porque pronto serás el siguiente ─


─Suéltame ─ murmure.


─Si ese hijo de puta no llega por ti en el transcurso de este día, juro que iré mandandoparte por parte todo tu cuerpo, hasta que quede solo tu linda cabeza, pero tal vezpueda hacer algo antes, ¿no lo crees? Divertirnos un poco en la espera ─


─¿Qué...? ─Pero él empezó a desatarme, primero mis manos y después mis pies me tomó pordebajo de mis axilas como si fuese un pequeño muñeco y me levantó, me llevó hastaun viejo colchón que estaba tirado en una esquina, ese lo había traído hace un par dehoras, donde había estado durmiendo un perro callejero, después el pobre perro habíadesaparecido de un momento a otro.Me dejó ahí, sonrió con malicia y temí lo peor, mis piernas no me ayudaban y misbrazos dolían un poco, no tenía fuerzas. Agust D se subió encima de mí, tratando desubir mi camisa, grite y pedí que no lo hiciera, pero eso solo ayuda a para que él seexcitara más. Su risa macabra se escuchaba en toda la habitación, él dejó besos pormi cuello, era tan brusco, nada comparado a Jungkook...Jungkook, mi lindo Jungkook, él había sido la mejor persona conmigo, siemprecuidando de no lastimarme. Éste hombre que estaba encima de mí solo sabía serbrusco, lastimaba mi cuello con mordidas y lambidas. Sus manos tocaban mi cuerpocon desesperación. Yo no podía defenderme, ya no hice nada.No quería sentir nada, no quería sentir a otro hombre tocándome, no cuando no eranlas manos de Jungkook.Estaba casi desnudo, mis ojos miraban a la nada, podía sentir como Agust D estabaacomodándose para empezar con la penetración, pero un fuerte sonido lo hizo girar ylevantarse de inmediato.Mi cuerpo inerte en ese viejo colchón y mis ojos mirando un poco nada más, sentíaque estaba por dormir, estaba bien, no quería saber nada más.Fuerte ruido, golpes y gritos, sonidos metálicos lastimando mis oídos fueron opacado apor el sonido de una voz, esa preciosa voz que tanto anhelaba escuchar, al menosuna última vez.─¡Jimin! ─grito, tal vez buscándome, quise responder quise gritar que aquí estaba, perono podía. ─Oh mierda, aguanta un poco más, Jimin, mi amor, ¿qué te hicieron? Te sacaré deaquí pronto, ya todo estará bien ─Sentí calidez en mi frío cuerpo, su voz se empezaba a hacer un suave murmullo,sonreí, era lo que necesitaba para estar en paz. Estaba bien si dormía ahora, él estabaaquí ¿no?Ya todo estaba bien.

Bad Boy -- KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora