Hemisferio Nefil
Cuando estoy fuera de la morada tomo una bocana de aire. Ellos están aquí, eso significa que estoy a salvo. Además, es de día, quizás las cuatro de la tarde.
Sólo necesito aire fresco y pensar un poco.
Camino hacia el punto donde no he caminado nunca, lejos de los jardines, hacia el norte de la morada. Hacia acá no hay muchos árboles. Sólo flores y pequeños arbustos. Al final creo que hay un desfiladero que conduce a una pradera enorme. Vista desde aquí es alucinante.
Miro hacia atrás, la morada debe estar a cien metros quizás, ubicándome en un plano... estoy en el patio trasero de la morada, aunque la morada parezca no tener una fachada principal, simplemente es un castillo de mármol y piedra blanca por cualquier lado que se le mire.
No hay bancas, así que me siento en el césped. Gracias a Dios fui por unas bragas antes de salir. De lo que me arrepiento es de no quitarme el vestido. Y de nada me sirve este abrigo que me he traído, desde luego que no me lo pienso poner encima, es decir, ¿arruinar el vestido con él? No.
Respiro hondo mirando hacia la pradera inacabable que da hacia un espeso bosque o algo parecido. Quizás una selva, no lo sé, desde aquí no se ve mucho.
Vuelvo a respirar profundamente y al exhalar termino dando un sollozo. Inmediatamente las lágrimas salen, son calientes, a diferencia de las lágrimas de Enid.
―Oh, mamá... ―lloriqueo limpiándome las lágrimas.
¿En qué me he metido? Sé que si no fuese por Haziel yo estuviese muerta, probablemente hubiese explotado dentro del auto o qué sé yo. Sin embargo, extraño oír la máquina de coser de mi madre, extraño los regaños de Jack con respecto a mi manera de preguntar tanto al ver una película. Extraño a papá, sus consejos, ¿quién desaparece el día de su cumpleaños? Fui una cabezota al no hacerle caso a mi madre, no entiendo por qué tuve que desobedecer. Ahora mismo estuviese en mi casa, tomando chocolate caliente o en la casa de Elsie tocando la batería mientras ella toca la guitarra y su padre canta una música de Queen...
―Oh, Blay... ―las risas de Blay. Extraño los comentarios sarcásticos de Evan y sus peleas con Elsie.
Extraño todo, mierda.
¿Por qué tan sentimental? ¡Porque soy humana! Tengo putos sentimientos. Y extraño mi vida normal, de no haber desobedecido no estaría aquí, ni Bered, Jared, Ahilud ni Haziel estarían en peligro de ser expulsados por mi lado fenómeno.
―Nia, no quiero que tomes mis advertencias a la ligera, estas cosas no suceden con normalidad. ―Las palabras de mi padre llegan a mi mente. ¿Por qué? No lo sé.
―Papá, son sólo sueños.
―Mis sueños son perturbadores. Debí ser vidente. No quiero que manejes el Camaro, punto.
―Lo hecho, hecho está ―murmuro limpiando mis lágrimas.
Las cosas siempre pasan porque tienen que pasar. No podemos elegir nuestro destino. Sólo somos marionetas, quizás.
Minutos pasan. No sé cuántos, sólo dejo que mi mente descanse, no tengo sueño pero parece que mi cerebro necesita un descanso. Sólo me limito a ver el paisaje, las nubes rosadas y de otros colores raros.
―Euroclidón. ―Lo llamo en voz alta y miro mi alrededor mientras me pongo de pie, Jared dijo que sólo tenía que llamarlo―. Euro, ven. ―Cuando voy a hacer una mueca de incredulidad escucho algo.
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Deseo de arcángel[Disponible En Amazon]
FantasiaPara Niamh Browne un reto siempre era aceptado. La curiosidad era parte de su esencia, y también no dejarse dominar por nadie. Todo ello se juntó él día de su décimo noveno cumpleaños cuando tiene un accidente y es salvada por un ser celestial que l...