Capítulo 36

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A las diez y treinta y siete de la mañana

Para actuar, no hace falta tener buenas expresiones y meterte en el papel. Para actuar, sólo tienes que ser un excelente mentiroso.

―... puedes aferrarte al hecho de que las cosas cambiarán con el paso el tiempo, pero no siempre resultarán como las deseamos, simplemente debemos aceptar que lo que queremos llega a su debido tiempo. Sólo debemos ser pacientes.

Gema Dorada cierra el libro con gracia y luego lo coloca en su regazo. Ella me mira con una sonrisa compresiva y yo mantengo mi expresión seria. La misma expresión que he tenido desde hace cinco horas. La misma expresión que he tenido desde que no pude bloquear los acosos de todos esos ángeles.

―¿Qué opinas?

―Que el libro es una bazofia ―respondo con desdén y ella hace una mueca.

―Es de superación.

―No necesito superarme ―espeto―. Iré al infierno, ¿crees que necesito superarme para eso? ―bufo y cruzo mis piernas. Fijo mi vista en la ventana más cercana a mi cama.

―Bueno...

―Lamento si estoy siendo grosera, pero no le pedí a Ahilud que te trajera aquí.

―Lo sé.

―Bien, entonces no esperes que te sonría o que me muestre afectuosa.

―Lo entiendo.

―No quiero hablar con nadie, y eso implica que tampoco quiero oír a nadie.

―Correcto ―dice y me acomodo en el sofá. Subo mis pies y abrazo mis rodillas sin dejar de ver hacia la ventana.

Jared y todo su combo "vengador" ―sacando a Ahilud, pues es un ángel Escriba―, se fue en busca de Haziel.

Cuando les dije que había tenido un recuerdo sobre Haziel gritándome y perdiendo los estribos, ellos dedujeron que yo tenía razón. Hice enojar a Haziel y él se fue lejos. Probablemente sin esperanzas de que yo cambiara mi rebeldía. En pocas palabras, creyeron que Haziel se fue porque pensó que no iba a ganar el juicio.

Sin embargo, ellos no saben que yo fui a clases de teatro, y mucho menos que no fue el teatro el que me enseñó a mentir y a improvisar una escena con largos diálogos. Es algo que aprendí viendo series de televisión, y podría nombrarlas todas, pero también puedo decir que ID ayuda mucho.

―Yo participé en Miss Universe, meses antes de llegar al Beta ―alzo la vista hacia Gema Dorada y la contemplo con expresión seria―. Lo siento, dijiste que no querías hablar.

―No, es decir... ―carraspeo―. Cambié de opinión ―musito―. ¿Fuiste a Miss Universe? ―pensándolo bien, no me sorprende, ella se ve como la ganadora de un certamen de belleza de ese tipo.

―Sí.

―Oh ―hago una mueca y bajo la vista.

―No gané, pero quedé en un buen puesto ―sonríe.

¿Cómo pudo no ganar? Es linda. Parece el tipo de chica que va a un concurso de belleza.

―¿Cuál es tu verdadero nombre? ―indago―. Es decir, el que...

―Aria Savannah Clearwater Gibbs ―responde y alzo mis cejas involuntariamente―. Amaba mi primer nombre ―agrega.

―Aria ―pronuncio―. ¿Habrá algún problema si te llamo así durante el corto tiempo que me queda en el Beta? ―le pregunto y ella me regala una sonrisa nostálgica.

―No irás al infierno, Nia.

―¿Pero, puedo llamarte Aria? ―insisto―. Se me hace mucho más corto que Gema Dorada.

Deseo de arcángel[Disponible En Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora