Rompecabezas
― Dios, ¿Estás seguro que están todas las piezas?
― Nia, están todas ―dice él desde el sofá y yo aprieto los labios.
El rompecabezas se veía hermoso armado, y según Haziel éste es el más pequeño que tiene. El paisaje es un jardín a full color. Ocupa media mesa. Y la mesa mide casi tres metros por cuatro. Exhalo buscando paciencia. De eso se trata, de tener paciencia. Pero, cuando Haziel me dijo que trabajaríamos en mi paciencia hace media hora, no me imaginé que empezaría con un rompecabezas del tamaño de mi cama en Berwyn. Okay, exageré.
Sólo llevo cerca de veinte minutos armando esto y nada más he podido armar diez piezas. ¡Diez! ¡Joder! ¿Por qué no buscó un rompecabezas con las piezas un poco más grandes? En la casa de la tía Margarite armaba rompecabezas con mi primo, pero no eran tan extremos. No medían más uno por uno.
― Este rompecabezas no fue hecho por humanos.
― En realidad, ese sí, es el único ―dice y me obligo a no girar mi cabeza para verlo. Me he prometido no verlo a menos que sea estrictamente necesario, ¿Por qué? porque no me gusta lo que mi mente imagina cuando lo veo.
Es vergonzoso hasta para mí misma, y sé a la perfección que no debo imaginar nada pecaminoso con Haziel. Pero, mi mente parece no saberlo o no aceptarlo.
― ¿Cuánto tiempo te tomaste en armar este?
― No recuerdo, quizás una hora.
― Bered dijo que los ángeles no suelen olvidar cosas. ―Murmuro y hago una mueca de insuficiencia cuando logro unir una pieza con otra. Huh, me faltan miles.
― Considerando que lo armé en los tiempos de Mizraim.
― ¿De quién? ―frunzo el ceño y consigo otra pieza que encaja.
― ¿No sabes quién es Mizraim? ―él suena atónito―. ¿Nunca has leído la Biblia Niamh?
― Tengo una en casa, me regaló mi abuela ―me encojo de hombros―. ¿Debería leerla todos los días? ―pregunto con algo de sarcasmo y pruebo con otras piezas, pero ninguna encaja, y considerando que tengo una pila inmensa a mi lado.
― Anota en tu cuaderno. ―Me advierte y yo cojo la libreta que se encuentra en una esquina de la mesa―. Debo leer el único libro que no miente.
― ¿Eh?
― Escribe.
― Espera ―lo miro―. ¿La Biblia no miente?
― Eso dije.
― Pero... ―miro a mi lado con el ceño fruncido.
― La Biblia es un libro muy difícil de interpretar para los humanos ―me dice y lo miro con interés―. Muchos de ellos no saben ni la mitad de las cosas que allí dicen, muchos se confunden y terminan sacándole otra pata al gato ―manotea―. Sé que allí no dice los grandes misterios, pero de eso se trata. ―Me mira―. De descubrirlos.
― ¿Hay alguna forma de descubrir dónde enterraron el cuerpo de Moisés? ―indago entornando los ojos y él sonríe como el gato Cheshire.
― No has leído nada, Nia ―dice como si mi cara fuese un chiste―. Yo te recomiendo que...
― La Biblia tiene muchos libros, ¿no debería tener más? ¿No faltó alguno en el Canon?
Él me mira con expresión neutra, pero en realidad sé que está pensando en si debe o no decirme sus secretos.
― Están los que deben estar.
― ¿Entonces, deberían haber más? ―indago curiosa. Dos segundos después él asiente lentamente sin dejar de mirarme fijamente―. ¿Cuántos?
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Deseo de arcángel[Disponible En Amazon]
EspiritualPara Niamh Browne un reto siempre era aceptado. La curiosidad era parte de su esencia, y también no dejarse dominar por nadie. Todo ello se juntó él día de su décimo noveno cumpleaños cuando tiene un accidente y es salvada por un ser celestial que l...