Hija del Hombre
Haziel
―No lo creo.
―No lo repetiré ―bufo.
―Eso no puede ser aceptable ―sentencia―. ¿Cómo has podido hacer una cosa así? ―No me inmuto. Sólo sigo jugueteando con la bola de goma, propiedad de los humanos―. Dijiste que jamás harías eso, sabes perfectamente que hace doscientos años terrestres se prohibió la toma de humanos.
―Es mi primera humana ―digo como si nada y dejo la bola de goma encima de su escritorio de madera.
―Eso no justifica tus acciones.
―El Código sólo aplica para los que ya han tomado humanos con anterioridad.
―Si los miles que no han traído humanos al Beta se enteran que tú has traído a una Hija del Hombre querrán hacer lo mismo.
―¿Qué harán? ―indago restándole importancia―. ¿Traerán Hijas del Hombre? No lo harán. ―Ella me mira con seriedad y yo no me inmuto.
―Sabes lo que cuesta domar un humano después que despiertan aquí ―habla―. Muchos simplemente nunca lo consiguen, y ya sabes lo que pasa si no se logra domar.
―Bueno, si la Hija del Hombre no es apta, entonces...
―¿En serio se la darás al querubín caído si no logra adaptarse? ―me corta y ya siento la tensión. Ella no suele nombrar al querubín caído―. ¡Eso fue lo que provocó crear el Código! ―golpea la madera―. Satanás se llevó a muchas almas. El Altísimo mandó a la tierra a todos aquellos que no pudieron domar a las Hijas del Hombre por su culpa.
―Sé la historia ―digo empezando a fastidiarme.
―Entonces, ¿por qué trajiste a la...?
―No lo pensé, ¿contenta? ―discuto―. Estaba rondando el lugar y vi su desdicha.
―¿Por qué no simplemente la dejaste morir?
―Ese es un buen punto ―objeto enderezándome sobre la silla―. Ella iba a morir y su alma iría al infierno. Ahora, si ella no se adapta al Beta, Satanás vendrá por ella y la llevará al infierno. ¿Qué diferencia hay? ―apenas termino la frase me muevo con velocidad para que una pequeña estatua no impacte en mi rostro. El objeto termina impactando con la pared de mármol y yo miro a la criatura de ojos oscuros. Su pelo crispado se ha alborotado más.
―Si el Creador observa que Satanás viene al Beta por una humana te enviará a la Tierra. ¿Eso quieres? ―escupe y yo me encojo de hombros.
―Eso no pasará ―aseguro.
―¿Ah no? ¿Qué harás para que no pase? ―me reta―. Si el querubín caído viene aquí a llevarse...
―Zemer, el querubín no se la llevará. ―Ella entorna los ojos y yo procuro estar pendiente de que no me lance la mesa entera.
―Bien. ―Me regala una sonrisa forzada y coloca sus codos sobre la mesa―. Dime, ¿cómo va la humana? ¿Ha mostrado signos de sumisión? ―indaga y yo aprieto los dientes.
―Sabes que los primeros días son algo hostiles, pero ya verás que será un primor.
―Si tu Jephin no te respeta y no te sirve como debe ser, estarás en problemas. ―Pongo los ojos en blanco cuando dice eso―. Satanás se enterará y vendrá al Beta. Sabes que el querubín caído no viene desde hace doscientos años.
―Zemer, no tienes por qué preocuparte ―digo con seriedad.
―Me preocupo porque la última vez que vino se llevó a mil humanos ―alza la voz―. Sólo nos dejó quinientos. ¡Quinientos! Los que perdimos después no importan.
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Deseo de arcángel[Disponible En Amazon]
FantasiaPara Niamh Browne un reto siempre era aceptado. La curiosidad era parte de su esencia, y también no dejarse dominar por nadie. Todo ello se juntó él día de su décimo noveno cumpleaños cuando tiene un accidente y es salvada por un ser celestial que l...