Capítulo 5

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Haziel

―Eso es normal. Gema Dorada fue así durante un par de semanas.

Asiento lentamente ante la explicación de Ahilud y luego exhalo. Ella sigue en el baño. ¿No dejará de llorar? ¡No me gusta el olor de sus lágrimas! Santo Cielo, es una mezcla de rosas blancas, miel... y... ¿jengibre? Lo peor es que no sé cuál de esos tres pertenece a las emociones que está sintiendo ahora mismo.

―¿Me estás oyendo? ―alzo la vista para encontrarme con ojos negros de Ahilud.

―Estoy pensando en todo el trabajo que tengo que hacer aquí ―digo y suspiro mirando mi alrededor.

―¿No pudiste escoger un lugar más cálido?

―Mientras haya menos población cerca mejor ―hablo cortante.

―Los secuaces llegarán así no haya humanos a miles de kilómetros ―me recuerda y pongo los ojos en blanco―. Cuando perciban un alma llegarán como hormigas a la miel.

―¿No era abejas?

―No lo sé. ―Se encoge de hombros restándole importancia al tema.

Sólo hay dos sillones entre estas cuatro paredes, no me he tomado la tarea de traer más muebles, no es como si fuera a durar más de tres días aquí. Es una sala espaciosa.

―¿Qué harás cuando las potestades lleguen? ―pregunta Ahilud y lo miro con cara de póquer.

―Nada.

―¿Nada? ―ríe―. Estás usando tu poder para graduar el tiempo del Beta en este lugar. Despedazarán a la humana. Sabes que ellos nos odian, cuando sepan que estás aquí con tu Jephin se la llevarán antes de que puedas darte cuenta.

―No pasará ―contesto―. Colocaré una barrera, ninguno podrá atravesarla.

―¿Todavía puedes hacerla? ―pregunta frunciendo el ceño―. Yo hace miles de años que no hago una, no es como si necesitara esconder algo aquí en la Tierra.

―Bueno, no soy el primero, ¿o sí?

―No, creo que eres el segundo ―dice con burla y yo sacudo la cabeza―. Bueno, ahora háblame con seriedad.

―¿Qué quieres saber?

―La verdadera razón por la cual salvaste a esa Hija del Hombre.

―Bueno, ¿no es obvio? Me apiadé de ella. ―Me encojo de hombros y él se carcajea.

―¿Tú? ¿Apiadándote? No me hagas reír. ―Manotea―. Sabemos que estás en el Beta por un milagro.

Bien. Quizás sí.

En el Beta están los que son... ¿término medio?

Por una parte, están los ángeles buenos, los adoradores del Altísimo. Lo que yo fui un día. Por otra parte, están los que cayeron. ¿Culpa de quién? De ellos mismos, echarle la culpa a Satanael es un acto de cobardía. Nosotros ―los ángeles del Beta―, estamos en el medio de todo ese problema.

No traicionamos al Creador. No apoyamos a Satanás en su rebelión, sólo... sólo nos refugiamos en el Beta mucho tiempo después de que Satanás y la tercera parte de las Estrellas se fueran con él. Adoramos y respetamos al Creador. Nuestro único acto de rebeldía es sólo estar en el Beta sin hacer nada más que convivir entre nosotros, por eso se nos expulsó del Tercer, del Sexto y del Séptimo Cielo. Holgazanes quizás. Puedo ir al Cuarto, pero... no soporto las miradas inquisitivas de los que allí sirven con gracia y respeto.

No nos encontramos en ningún libro. Creo que eso es considerado nuestro castigo, que nadie sepa de nosotros, y, a decir verdad, muchos de nosotros ven eso como un castigo. Menos yo.

Deseo de arcángel[Disponible En Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora