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Seguro que os estaréis preguntando quién es Tania.

Pues bien, es esa chica que me ha hecho llorar al recordarla.

Esa chica que me ha tenido enamorado cuando era un adolescente, desde que la conocí.

Aún recuerdo absolutamente todo, pero ahora recuerdo más cosas por una única razón.

Joder, la he visto cuando estaba en Bolivia.

Todo fue tan rápido y extraño. No me esperaba verla después de saber que había muerto.

Sí, muerto.

Me habían dicho que había muerto, pero me he dado cuenta de que todo era una mentira para que el pesado de Damiano, es decir, yo, se alejara de ella.

He vivido en una mentira por su culpa y yo, tan idiota, he añadido a esta mujer en mis letras.

Su nombre es distinto en mis canciones porque no quiero que nadie sepa de quién estoy hablando.

Quindi Marlena torna a casa.

Otra letra también:

Marlena sì portami a ballare.

He llamado a esta mujer Marlena, pero esa persona ya no es Tania, sino que es la personificación de libertad y creatividad en mis propias canciones.

Tania no se merece absolutamente nada.

No se merece ser recordada ni mencionada en las canciones de mi banda.

Viví mi adolescencia enamorado de ella antes de conocer a mis tres mejores amigos.

Nunca les conté nada sobre ella.

¿Estaba dispuesto a hablarles de un fantasma? Claro que no.

Tenía miedo a que se rieran de mí porque fui rechazado muchas veces.

Hasta que se lo conté a mis inseparables chicos que quiero mucho.

Primero se lo conté a Dante una vez que estábamos en su casa acostados en el sofá viendo una película.

Su cuerpo estaba debajo del mío y ambos nos negábamos a separarnos.

Mi cabeza estaba en su pecho. Y sus manos acariciaban mi pelo con cariño mientras él atendía a la pantalla de la televisión.

Ese día exploté y le conté toda nuestra historia que, no os preocupéis, os contaré a vosotros.

Una semana después se lo conté a Ethan mientras conducía de camino al supermercado.

Empecé a llorar de un momento a otro, me eché a llorar. Me dio mucha pena verlo preocupado.

Estaba tan preocupado que paró de conducir aparcando el coche delante del portal de una casa.

Se lo conté y me sentí algo mejor.

Ambos entendieron lo que me pasaba.

Son mis únicos amigos que saben lo que me ha pasado con ella.

También lo sabe mi hermano mayor, el cual estaba conmigo cuando la vi de nuevo.

Recuerdo estar caminando por aquel centro comercial lleno de gente y verla sonriendo al lado de un chico con más músculos desarrollados que yo.

Mis piernas me obligaron a plantarme en el suelo. No sé como pasó, pero me choqué con la espalda de mi hermano.

Como no, se enfadó algo conmigo, pero se preocupó al instante al ver mi rostro.

No sé como estaba en ese momento, pero sé que no tenía buena cara.

Damiano |Måneskin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora