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Pañuelos, auriculares de color negro, un libro que deseaba leer desde hace un tiempo, una chaqueta roja, una paleta con sombras de ojos de colores oscuros y unas cuantas latitas para mis gatos.

Reí abrazando a mi amigo con fuerza mientras intentaba controlar mis lágrimas.

Dante intentaba controlar mi fuerza porque seguro que lo estaba asfixiando mientras me colgué de su cuello abrazándolo.

Sé que estábamos en el aparcamiento subterráneo de mi edificio y no teníamos que temerle a nada porque nadie nos podía ver.

Entré en su coche hasta llegar a la casa de mis padres, los cuales se han ido porque no estaban cuando hemos llegado.

Ahora me encuentro en mi antigua habitación con Dante.

Rebusco en los cajones hasta que encuentro las fotos que tanto he amado ver cuando era más joven.

Me giro y veo a mi amigo tocando la pared que está justamente delante de mi escritorio. En esta hay un papel de color gris que decora la pared.

Una habitación pequeña en la que se han quedado muchos recuerdos.

Abro la ventana para que entre un poco de aire.

Esta habitación necesita algo de aire nuevo. Estoy seguro de que mi madre se encarga de esto.

Me siento en la cama sosteniendo las numerosas fotos.

La mano de Dante se coloca en mi hombro. Se sienta a mi lado después de acariciar mi cuello.

—¿Las has encontrado? —me pregunta. Asiento.

Escondo la primera fotografía colocando mi mano encima de esta.

—Prohibido reírte de mí —le digo con miedo a que sus carcajadas se escuchen por toda la casa.

Frunce el ceño como si no entendiera lo que acabo de decir. Niega.

—No me reiré. Solo me derretiré al verte —acaricia mi mejilla con cariño. Ambos sonreímos.

Suspiro y aparto la mano de la fotografía.

Inspecciono la imagen antes de entregársela.

Mi yo joven con mis antiguos amigos, los cuales se han ido de mi vida porque han seguido sus sueños dejándome cantando y creando canciones.

Se reían de mí unas cuantas veces porque no tenían la mente preparada para entender que los chicos pueden escribir cualquier cosa.

No somos menos por escribir algún libro o la letra de alguna canción.

Tenemos sentimientos. Somos seres humanos.

Le entrego la foto a Dante y sonríe mucho al localizarme al instante.

—No te reconozco —dice. Me ve a mí y a la foto varias veces—. En esta imagen solo veo a tu hermano.

Río y niego.

—Nos parecíamos bastante, bueno, aún en día nos parecemos bastante físicamente. En esta foto tenía 14 años.

Sonríe una vez más y besa mi mejilla.

Pasamos la tarde entre fotografías que muestran una parte de mí cuando era un adolescente.

La tarde pasa entre sonrisas y las lágrimas de Dante cuando se emociona.

Y llega el momento en el que le entrego una foto y se queda mirándola como si esta ocultara algo.

No dice nada. Solo ve la imagen.

Traga saliva y me ve inseguro.

—Es preciosa —comenta viendo a la chica antes de verme a mí—. ¿Es ella?

Asiento.

Sabemos perfectamente a quién nos referimos.

Vuelve a ver a la chica que está a mi lado.

Una chica casi de mi estatura. Muy hermosa con una sonrisa tímida viendo a la cámara, aunque ahora no creo que sonría así.

Ahora la imagino seria viendo a la cámara sacándose fotos y grabando vídeos para la plataforma más famosa actualmente en la que hay muchos vídeos.

La mano de mi amigo se coloca en mi pierna.

—¿Quieres...?

Ambos reímos al darnos cuenta de que hemos hablado a la vez.

—Tú primero —dice alzando una mano.

Me recuerda a Ethan.

Sonrío un poco y suspiro preparándome para realizar la pregunta.

—¿Quieres que te cuente más cosas sobre ella y nuestra supuesta relación?

Estad preparados porque tanto a Dante como a vosotros os contaré la historia que viví con Tania.

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Holaa.

Me da mucha ternura que Dante y Damiano estén tan juntitos y que nuestro protagonista le enseñe sus fotos cuando era más joven.

Ahí está Tania. Estad listxs porque el drama sigue presente. Conoceremos más cosas sobre esta chica y lo que tuvo con Damiano.

Espero que os haya gustado este capítulo.

Estoy escribiendo muchos más y estoy muy contenta por esto. Me está encantando crear este libro.

¡Nos vemos!

Damiano |Måneskin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora