Damiano |Måneskin|

18

La idea de irnos a Estados Unidos le ha encantado a mi familia.

Se han alegrado mucho cuando les he comentado que tenía los billetes de avión comprados.

Nos iremos a Santa Mónica en California una semana después de Navidad.

Estoy planeando las cosas con bastante calma para no agobiarme. Y parece que todo va bien.

Saliendo de la casa de mis padres con mi hermano al lado me llega un mensaje que no me gusta:

«Que vergüenza, Damiano... Estábamos en un parque y he tenido que parar de caminar porque me he cansado bastante.

Ethan ha estado a mi lado, preocupado. No me gusta verlo así.

Casi he llorado. ¿Sabes lo mucho que odio eso?

No había ningún banco cerca y he tenido que sentarme en el suelo.

He visto lágrimas en sus ojos cuando... Se ha dado cuenta de que tenía bastante fiebre»

Trago saliva.

—¿Qué ocurre? —me pregunta Jacopo al ver que he parado de caminar.

Niego quitándole importancia. No quiero que hablemos ahora sobre el tema.

Sonríe un poco acercándose a mi coche.

Nos iremos a hacer la compra, pero ahora no puedo estar tranquilo.

Me llega otro mensaje:

«Estamos yendo a casa.

¿Por qué arruino las cosas?

Faltaban un par de horas para cenar en nuestro restaurante favorito y ahora nos vamos a casa. Ethan está conduciendo.

Está agarrando el volante con fuerza. Puedo ver su enorme preocupación.

Esto es una mierda. No me gusta arruinar las cosas.

Cada día que pasa me siento peor. Soy un experto en arruinarle la vida a los demás.

Todo va perfecto y, cuando menos te lo esperas, te sientes como una puta mierda»

—Mamá dice que necesita más de una maleta para ir al extranjero —me comenta Jacopo sosteniendo unas galletas de chocolate.

Las deja en la mesa de la cocina y caminamos hacia el jardín.

—Solo será una semana, aunque la estancia se puede alargar —comento.

—Y mañana es Navidad —choca su cadera con la mía, contento.

Sonrío intentando mostrar un Damiano feliz y relajado, pero se me está haciendo casi imposible.

Solo pienso en la salud de Dante. No paro de pensar en ello.

Estoy muy preocupado por mi amigo.

Lleva unos cuantos días sin hablarme y, sinceramente, me imagino a Ethan quitándole el móvil para que pueda descansar. O está tan mal que no puede estar con el móvil.

Mi amigo no me ha hablado mucho, pero me ha asegurado que Dante se encuentra mejor.

Él también está preocupado porque me ha dicho que ha visto a su pareja llorando en silencio.

Ha soltado frases como: Lo arruino todo, Ethan. Dentro de poco es Navidad y me niego a saltarme estas fechas. Me niego a que la gente que quiero me vea con tristeza. No quiero ver sus ojos tristes.