Prendas Con Aroma

1K 139 3
                                    

Un quejido casi mudo escapó de los labios de Anthony al mismo tiempo que agitaba adolorido su dedo índice, llevándolo casi de manera simultánea a sus labios para poder lamer la poca sangre que empezaba a fluir de este, intentando parar el nuevo sangrado que había aparecido. Era la sexta vez que se pinchaba en ese dedo con la aguja, por lo que ahora dolía de más. Intento colocar alguna bandita o usar un dedal, sin embargo era terriblemente torpe con ellos puestos, así que optó por no usar nada, aun con el riesgo de sufrir otro pinchazo. 

Con un suspiro observó el trabajo que estaba haciendo, notando que se veía un poco extraño, si debía ser sincero consigo mismo no era bueno en las cosas manuales, así que se encontraba batallando para poder hacer algo decente para Alastor, quería poder ofrecerle un detalle por todas las cosas que el castaño había hecho por él. Por alguna razón que olvidaba, se había dado cuenta de que Alastor siempre solía darle regalos, caramelos, atenciones y otros detalles, esperando solo recibir una sonrisa de su parte, lo que sí bien lo hacía feliz, también le hacía sentir un poco culpable.

No era como si Alastor esperase algo a cambio por todo ello, Anthony lo sabía a la perfección, sin embargo de vez en cuando debía darle algún detalle. Pensó en una infinidad de cosas que darle, desde un bolígrafo hasta cosas más alocadas, cayendo en cuenta que no importaba que fuera, Alastor estaría agradecido por ello. Al final optó por algo sencillo y sobretodo que fuese útil para el alfa, siendo su elección un par de guantes y una bufanda hechos a mano. Paso días enteros revisando tutoriales en Internet e incluso pidió ayuda de su madre para poder aprender a hacer cada una de las cosas.

Solo hasta que estuvo seguro de que había comprendido cómo hacer todo, fue que empezó a trabajar, aprovechando los ratos en los que Alastor no estaba para poder hacer avances, siempre siendo acompañado por el pequeño Fat Nuggets. La bufanda fue lo mas sencillo para él y hasta cierto punto encontró relajante tejerla, un poco torpe al principio pero cuando observó los detalles finales, terminó satisfecho por lo que había hecho, tal vez no era tan malo tejiendo.

Desafortunadamente las cosas cambiaron cuando empezó a trabajar en los guantes, a pesar de tener el patrón de las manos de Alastor, la costura le era más compleja de lo que había pensando, pinchando sus dedos en incontables ocasiones, siendo esta la razón por la que tenía que parar por ratos pues no deseaba que su sangre manchase la tela.

–a este paso la terminaré en mil años— se quejo mientras alzaba un poco el guante, observando cualquier espacio que no pudiese haber cosido bien, notando algunos pequeños huecos —si que apesto— dijo con pesadez antes de guardar todo dentro de una caja que oculto bajo su cama, pronto llegaría Alastor y no quería que lo atrapase con los guantes, quería que al menos fuese una sorpresa. Con un pequeño bostezo se estiro un poco en su asiento, observando sus manos y poco después sus dedos ligeramente enrojecidos por las lesiones, aunque dolía de alguna forma sentía que el resultado final valdría la pena.

El sonido de la puerta principal abriéndose llamó su atención, por lo que rápidamente se levantó de su asiento y corrió a recibir a Alastor, con el usual abrazo cálido que siempre le daba. Amaba cuando ambos se unían en ese momento y sus feromonas se mezclaban creando un nuevo aroma, eso le daba más ánimos para continuar su labor.
Cómo todas las noches, cenaron juntos, conversaron sobre el día de cada uno y al final luego de pasar un rato agradable escuchando música, cada uno partía a su habitación para poder dormir. Aún no podía dormir juntos, Anthony quería que cuando lo hiciesen fuese un momento especial y Alastor lo comprendía a la perfección, dándole su espacio aunque siempre dejando la invitación abierta a que fuese a su cuarto en caso de cambiar de opinión.

En su cama, Anthony observaba el techo, pensando en lo mucho que deseaba poder terminar su trabajo, sintiéndose como un niño pequeño que se encuentra emocionado por alguna excursión, así que se levantó de la cama, regresó a su escritorio no sin antes sacar la caja que resguardaba todo para poder empezar. La noche avanzó lenta mientras el rubio trabaja con diligencia, moviendo torpemente las manos, recibiendo varios pinchazos en el proceso —Lo… He terminado— se dijo mientras alzaba los guantes finalizados, observándolos con cierto orgullo y felicidad, no eran los mejores pero al menos eran únicos, porque era algo que había hecho para Alastor y nada podía reemplazar eso.

"En este mundo" Omegaverse /RadioDust Donde viven las historias. Descúbrelo ahora