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El sol me daba en toda la cara, sin embargo, no me digne a abrir los ojos, hasta unos segundos después, estaba boca arriba, con George acostado en mi pecho; más bien tenía su cara entre mis pechos y sus dos brazos me rodeaban la cintura.

No me sentía incómoda por la postura en la que estábamos, al contrario, me gustaba... y si no me movía me iba a orinar Justo aquí.

— George— susurré pasando mis dedos por su cabello, pero él no se movió—, Geeeorge. — volví a susurrar y el maldito no se movió.

Me moví y soltó un gruñido y volvió a acomodarse abrazándome con más fuerzas.

— ¡George!

— ¿Hmmm?—murmuró con voz ronca.

— ¡Quiero hacer pipi!

— ¿Puedes aguantarte?

— ¡NO!

Logré sacar mi otro brazo y lo empujé al otro lado de la cama ya que literalmente estaba encima de mi, escuché como se quejaba cuando yo me fui corriendo hacia el baño.

— Buenos días, Marty...— saludó Mein.

Lo ignoré y me metí al baño.

Dos minutos después estaba saliendo del baño muy satisfecha, me senté en la barra de la cocina y suspiré.

— Buenos días— habló la perfecta voz de George. Digo... su voz como la de todos.

A veces me imagino su voz haciendo gem...

— ¡Buen día!— ahora fue... espera ¿quién es el?

Era un moreno de ojos verdes –por cierto muy hermosos– estaba sentado a lado izquierdo mío y no me di cuenta.

Ooooohhhh ¡¿es el novio de Mein?

— ¡Tú eres mi cuñado!

— Sip.

Me giré para darle un abrazo y un beso en la mejilla.

— Oye oye, quita tus feas manos de mi novio— nos interrumpió el idiota que se hace llamar mi hermano.

Se puso de pie y se fueron caminando hasta su cuarto. Seth aún no llegaba...

— ¡Me llamó Colin por cierto!— gritó desde el pasillo.

— ¡Mi cumpleaños es en una semana, estás invitado!

Solté una risa y me giré para ver a George que tenía el ceño ligeramente fruncido.

— ¿Tu cumpleaños es en una semana?

Oh, es verdad... mi cumpleaños... Azul...

— ¡SI! estás invitado y... ¿quieres ser mi fotógrafo?

Se curvó una sonrisa de boca cerrada sobre sus labios, miró hacia donde se había ido mi hermano y volvió a mirarme.

— Obviamente quiero ser tu fotógrafo— Contestó para después darme un beso suave en los labios.

Me relamí los labios y Justo cuando iba a responder el beso una voz nos interrumpió.

— Marty, hice tortitas, por si quieren— Dijo Mein pasando por nuestro lado.

— ¿Marty?— cuestionó George y yo fulminé con la mirada a Mein.

— No imp...— empecé

— Cuando salió la película Madagascar a Caprice le encantó, la veía todos los jodidos días— me cortó Mein y yo me froté la cara con las manos—. En serio era insoportable, un día dijo que Marty era su personaje favorito y... desde ese día la llamábamos así hasta que...— agachó la cabeza y luego la volvió a Subir tragando saliva— como sea, tráguense las tortitas.

Perfectamente imperfectos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora