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Mamá estaba en la cocina, todo se veía normal. Hasta que te das cuenta de que tiene un arma en la cabeza, apuntando directamente hacia su sien, mi padre estaba a lado mío. El no se movía, no parpadeaba. Su vista estaba en mamá.

Yo intentaba acercarme a ella pero cada vez que daba una paso, sujetaba con más fuerza el arma, Mein intentaba hablar con ella, Seth le hablaba a papá. Literalmente estaba en shock.

Preguntas comenzaron a invadir mi mente ¿de dónde sacó el arma? ¿Por qué está haciendo esto? ¿Quién se la dio? ¿Algo va mal?

No entendía nada, estaba asustada. Como nunca antes.

— Madre...— sollozó Mein— Por favor, te pido que bajes el arma.

— Mamá podemos hablar, ¿qué pasa? ¿Está todo bien?

Si hubieses podido saber que esas eran las últimas palabras que le diría a mi mamá, hubiese dicho más... hubiese hecho más cosas en ese momento.

— Los amo— fue lo único que dijo antes de apretar el gatillo.

— ¡No, mamá!

Corrí hacia ella, de un par y cerrar de ojos ya no estaba, no había nadie en la sala. Todo estaba oscuro, lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos.

Un ruido se escuchó, fui hasta donde había venido el ruido... la puerta de la casa estaba abierta ¿Alguien había entrado? ¿Quién? El miedo comenzó a invadirme, estaba sola ¿no?

Regresé a la sala y una persona estaba de pie, di un brinco y mi corazón comenzó a latir fuerte, intenté ver su rostro pero no logré ver nada, su rostro era muy borroso, era muy alto, y lo único que pude ver fue su estatura. Si pero... ¿quién es el? ¿Qué hace aquí?

— ¿Qué...?

Tragué saliva en seco cuando él comenzó a acercarse. Carajo, carajo...

— Volví...

El se acercó más y más y más...grité

Caprice...

Despierta...

Cap...

— ¡Caprice!

Abrí los ojos rápidamente, Seth me observaba con los ojos muy abiertos. En su rostro pude ver la preocupación y luego noté en qué lugar estábamos, noté que fue lo qué pasó.

Fue una maldita pesadilla.

— ¿Estás bien?— preguntó, asentí algo insegura—, de acuerdo... Uhmm... deberías venir a desayunar, te esperaremos.

— Si, a-ahora voy.

Salió de la habitación cerrando la puerta a su paso.

Me froté la cara con las manos, me quede sentada en la cama, no tenía pesadillas desde hace dos años, esto es en verdad demasiado extraño ¿Quién era la persona que salió en mi sueño? No conozco a alguien con ese estilo. Sin duda esto da escalofríos. Una nueva punzada aparece.

Pude controlarla, esta vez no me dolió como solía doler las otras veces. No había tenido una punzada después de la llegada de mis hermanos.

Sacudí la cabeza y salí de mi habitación para encontrar a mis hermanos sentados en la mesa, me senté en la cabecera de la mesa y escuché a Seth carraspear. Ya va a comenzar con las preguntas, pensé.

Desayunar con ellos era en realidad raro, casi nunca estaban, Mein, salía con Colin o se quedaban dormidos hasta muy tarde, Seth, siempre amanecía en una cama distinta todos los días.

Perfectamente imperfectos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora